Notículas de Español

Proseguiremos hoy refiriéndonos a uno de los signos más comunes: la exclamación.  Es otro signo doble (¡ ¡) y tiene carácter enfático

Llamamos, escolarmente, isónimas las palabras que proceden de una misma etimología (del griego isos, ‘igual’ y onoma, ‘nombre, palabra, vocablo’). Ellas presentan formas parecidas  y significados relativamente aproximados. Conocerlas es de vital importancia para los hablantes prudentes y, por supuesto, para los redactores cuidadosos. Les damos tanta importancia que hemos venido cansando al lector con la lista que poseemos. He aquí 20 parejas: placitum _  plazo – pleito; plagam - plaga – llaga; plagare - plagar - llagar; planus - plano - llano; plattea - platea - plaza; plattus - plato - chato; plenus - pleno - lleno; plicare - plegar - llegar; pódium - podio - poyo;  polypus -  pólipo - pulpo; - ponensentis - ponente - poniente; populus - pueblo - chopo; precarĭa - precaria - plegaria; pensum - peso - pienso; proximus - próximo - prójimo; pulpitum - púlpito - pupitre;  pulsare - pulsar - pujar; radia - raya - raza; rapidus - rápido - raudo; raptus - rapto – rato.

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Conocer con exactitud el uso de cada uno de los diferentes signos  de puntuación es fundamental para una buena redacción. Proseguiremos hoy refiriéndonos a uno de los signos más comunes: la exclamación.  Es otro signo doble (¡ ¡) y tiene carácter enfático. Determina  la pronunciación  un tanto prolongada de algunos términos y la marcada acentuación de otros. Destaca diferentes estados emocionales, como: admiración, exhortación, deseo, evocación, meditación, tensión, energía, decisión, fervor, dolor, angustia, desesperación, llamado, énfasis concluyente, etc.  A continuación, presentamos varios ejemplos de estos matices.

Énfasis concluyente: ¡Qué cantidad de necedad humana! ¡Qué tremendo bloque de granito para sostener el enorme edificio de la mentira!” (F. Perroux)

Meditación. ¡Cuantas veces se pasa uno al enemigo para huir de los amigos! (Jacinto Benavente).

Exhortación: “No somos una mera colección de substancias químicas. ISomos seres dotados de la chispa vital!” (Lowell Ponte).

Desesperación - miedo: “¡Tengo miedo de quedarme con mi mente a solas!” (Gustavo A. Bécquer).

Llamado: “¡Oh, hermanos míos!, seguid este nuevo consejo: en adelante sed duros, (F. Nietzche).

Evocación – angustia: “¡Pobrecita madre! ¡Se murió solita!” (J. M. Gabriel y Galán).

Si una frase es exclamativa-interrogativa, se usan los dos signos: ¡¿Cómo?! ¡¿No te pagó?!

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