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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, destacó ayer en la ONU el momento "grave" por el que pasa su país y aseguró que el pueblo brasileño "impedirá cualquier retroceso".
"Nuestro pueblo es un pueblo trabajador y con un gran aprecio por la libertad. Sabrá, no tengo dudas, impedir cualquier retroceso", dijo Rousseff, que quiso mostrar su agradecimiento "a todos los líderes que han expresado su solidaridad" con ella.
La presidenta brasileña se pronunció así en un discurso con motivo de la ceremonia de firma del Acuerdo de París sobre el cambio climático, un asunto al que dedicó la mayor parte de sus palabras.
"No puedo concluir mis observaciones sin mencionar el momento tan grave que se está viviendo en Brasil", dijo hacia el final de su intervención.
Rousseff destacó que, "pese a ello, Brasil es una gran nación, con una sociedad que superó el autoritarismo en el pasado y logró construir una democracia vibrante".
La presidenta, amenazada con la destitución, anunció a última hora su viaje a Naciones Unidas, donde además de firmar el acuerdo sobre clima, buscará apoyos internacionales ante la situación a la que se enfrenta en casa.
Tras estampar su firma en el documento, Rousseff tenía previsto pronunciar otro discurso sobre cambio climático, que finalmente canceló.
"Sentido común"
Los partidos de la oposición en Brasil afirmaron que la presidenta Dilma Rousseff tuvo "sentido común" al abstenerse de denunciar que se considera víctima de un intento de "golpe" en su país, por el juicio político que amenaza su mandato, en el discurso que pronunció este viernes ante la ONU.
"Sería una vergüenza llevar a la ONU un asunto interno, incluso porque daría una versión que no es la correcta ya que hasta la propia Corte Suprema la desmintió. Creo que cayó en sí y recuperó el sentido común", afirmó el vocero del opositor partido Demócratas (DEM) en la Cámara alta, senador Ronaldo Caiado.
Para Caiado, uno de los más activos líderes de la oposición en Brasil, Rousseff se percató de que no podía sustentar fuera de Brasil una tesis que es negada tanto por el Congreso como por la Corte Suprema.
Para el oficialista Partido de los Trabajadores (PT), en cambio, la jefe de Estado demostró ser una "verdadera estadista" al sólo hacer en la ONU una sutil referencia a la crisis en Brasil.
"Teníamos la expectativa de que la presidenta denunciara ante la ONU el golpe institucional que sufre, pero ella fue elegante y se mostró una gran estadista al hacer tan solo una sutil referencia a las dificultades del país", aseguró el senador Jorge Viana, del PT.