Hoy
Gracias a la generosa decisión de la alcaldesa de Maracaibo, Evelyn Trejo de Rosales, pudimos editar y presentar en versión impresa a mi último libro: El socialismo del siglo XXI y la economía venezolana. El libro comienza con una cita de D. Maza Zavala, que afirma, que el establecimiento de este Socialismo del siglo XXI en Venezuela, es “una precipitación histórica,” que está destruyendo no solo a la economía, sino a la vida misma de todos los venezolanos. Esta “precipitación” nos ha conducido, al tratar de instaurar un sistema económico fracasado en todas sus experiencias reales, desde la URSS de Lenin y Stalin hasta la Cuba de los Castro, pasando por la China de Mao, a la destrucción de la economía de mercado y la estructura productiva venezolana.
Como afirmara W. Churchill del socialismo, en Venezuela también ha tenido éxito en un aspecto que nadie discute: ha repartido muy bien la miseria, la pobreza, que hoy alcanza al 75 por ciento de las familias venezolanas. Por esa razón, hoy vivimos en el país una situación insostenible que ya en enero de 2015, H. Dieterich, teórico de ese modelo, había diagnosticado como una “crisis terminal “ y que el FMI acaba de calificar de “inviable”. ¿Tiene sentido entonces seguir insistiendo en un sistema inviable que quiere destruirlo todo, sin construir nada, cuando un personaje como M. Gorbachov, el enterrador del socialismo soviético, afirmara en 1999, que “la humanidad no ha conseguido crear nada más eficiente que una economía de mercado”?.
En el libro, dejando claro que el socialismo es una contrarrevolución de la historia, que en Venezuela ha destruido la estructura económica que habíamos edificado en medio siglo. Analizamos pues a un socialismo en emergencia que ocultó su verdadero rostro con los altos precios del petróleo y que ahora, lo pone de manifiesto como un zoo-cialismo del siglo XXI, donde todos somos tratados como bestias, que solo hacemos colas para sobrevivir.
Por todo ello, hacemos un llamado a “recuperar la racionalidad”, para darle forma a un nuevo modelo económico que si tiene soporte constitucional: el modelo de economía mixta y social de mercado, donde el “Estado conjuntamente con la iniciativa privada” debe promover el desarrollo integral con justicia social y libre competencia. Como colofón del texto, retornamos al pensamiento de Maza Zavala, quien insiste en que solo lograremos salir de esta crítica situación, “bajo el signo de la democracia social y real”.