En Sabaneta los choferes especularon con el costo del pasaje porque los autobuses del sistema integrado no daban abasto para la demanda que cubren los trenes
El constante transitar del Metro de Maracaibo avisa a los habitantes de Sabaneta que ya son las 6.00 de la mañana. Esta vez no fue así, el apagón dejó sin servicio al tren, lo que ocasionó molestia en los usuarios y alegría en los transportistas que transitan a lo largo de la calle 100, pues ellos dispusieron del costo de la tarifa como quisieron.
Neira Rosales, usuaria frecuente del tren, indicó que el tren no trabajó durante la mañana de ayer, según lo que le explicaron por el bajo flujo eléctrico. “Cuando salí a trabajar esperé una hora en la parada de El Varillal por un bus rojo, pero este cuando llegó, bajó unos pocos pasajeros y no montó a ninguno”.
Rosales aseguró que para ella los autobuses rojos no representan una solución porque no pasan al mismo ritmo que el tren, y precisamente ayer uno que llegó a su parada no la llevó porque estaba por encima de su capacidad de pasajeros. “Dejó unos pasajeros y no recogió a nadie, simplemente se fue”.
Los choferes de carros por puesto, buses y “chirrincheras” tampoco contribuyeron a la situación, ya que el traslado para el centro durante la mañana cobraban entre 50 y 60 mil bolívares. “Llegué al centro en el bus rojo que iba a la parada de 18 de Octubre, que me cobró 20 mil bolívares”.
Cuando la mujer llegó al casco central encontró que en Sabaneta no era la única parte que especulaba con los pasajes, ya que en Veritas encontró que los choferes cobraban el pasaje corto 25 bolívares y 30 el largo.
Crítico
Silvestre Villalobos, presidente de la empresa, informó el pasado 11 de julio que el Metro transporta diariamente un aproximado de 46 mil usuarios en la ciudad.
La cifra de usuarios tiende a crecer, pues el país atraviesa por una crisis de transporte que ronda el 95 por ciento, solo en Maracaibo. A eso se suma la falta de efectivo que obliga a las personas a buscar una solución en el tren y los autobuses rojos, para al menos llegar a la mitad del camino.