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La delincuencia tomó la calle 89-B del sector Primero de Mayo. Un grupo de criminales asesinó con tres disparos en la cabeza a un estudiante de bachillerato.
Carlos José Sandrea Amaris (18) caminaba en dirección a su vivienda, en la calle 80 de la parroquia Chiquinquirá, cuando unos delincuentes lo persiguieron. A Thais Nava, tía del muchacho, le contó un vecino que se asomaba por la ventana de su habitación, a las 9.30 de la noche del pasado martes, cuando vio a unos desconocidos perseguir al muchacho, lo acorralaron y le dispararon desde un carro. No distinguió las características del vehículo ni la cantidad de pasajeros. No se atrevió a salir de su casa por temor, esperó que los sospechosos se alejaran para llamar a la Policía y acercarse al cadáver.
La Policía científica llegó al sitio, entrevistó a los curiosos, recolectó las evidencias y trasladó el cuerpo a la morgue forense. Los detectives indicaron que el joven no portaba sus documentos personales. Hasta ahora se inclinan a la resistencia al robo como móvil del crimen, sin descartar otras hipótesis.
Trascendió que la víctima tenía un tatuaje de Chucky en un hombro y en el otro, el nombre de Liseth.
Nava describió a su sobrino como un joven tranquilo, dedicado a sus estudios, como todos los chicos de su edad. La familia cree "que lo mataron porque opuso resistencia a un robo".