¡Anímate a pintar de mil colores lo que hoy eres, anímate a vivir una vida sacudiéndote de lo negativo y siempre en positivo lograrás la excelencia!
“Hay pasiones que la prudencia enciende y que no existirían sin el riesgo que provocan”.
Me he atrevido a escribir este artículo basado en la investigación realizada por el doctor Jorge Bucay, psicodramatista, terapeuta gestáltico y escritor argentino, junto a lo que he aprendido durante este tiempo comentado en mis conferencias y cursos, quizás el titulo impacte, pero te invito a que lo leas y saques lo mejor de él:
En el acontecer diario muchas veces la vida se resume en trabajo y familia, y pareciera que con el tiempo fuésemos olvidando que siempre hay algo nuevo que hacer, desde lo muy simple hasta lo más complejo. En ocasiones clientes me han solicitado que diseñe algún programa para su personal jubilado y los que ya están en etapa de retirarse, ya que pareciera que para muchos al jubilarse todo termina, descuidan su aspecto físico y hasta mucho caen en depresión. Cuando alguien se me acerca a comentar sobre qué puede hacer para sentirse feliz y apasionado, yo siempre respondo lo mismo, ¡búscate una pasión!. La respuesta inmediata a esto depende a quien se la diga: si es un amigo se ríe hasta más no poder, y me dice: “¿Es en serio?”; cuando es una amiga se me queda mirando mal, su humor cambia y las fosas nasales se abren, hasta me dicen ¡por Dios Ismael!; luego de esta respuesta yo gentilmente le explico mi punto de vista: Todos han tenido una pasión o desean tenerla.
Una pasión es: “Lo que nos mueve”. Es un nuevo para qué. Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos o muchas veces no nos permite dormir. Nuestra pasión es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. A veces a nuestra pasión la encontramos en nuestra pareja, también solemos conseguirlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en el baile, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby... En fin, es “alguien” o “algo” que nos pone de “novios con la vida” y nos aparta del triste destino de la duda.
¿Y qué es dudar? Dudar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar cómo viven los demás, es tomarse la presión constantemente, deambular por consultorios médicos, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia. Dudar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.
Por favor deja de dudar, búscate una pasión, sé tu también ese apasionado y el protagonista… de la vida. ¡Anímate a pintar de mil colores lo que hoy eres, anímate a vivir una vida sacudiéndote de lo negativo y siempre en positivo lograrás la excelencia!