La carrera de Carlos Carrasco estuvo destinada desde sus inicios a ser exitosa, pero durante su trayectoria le ha tocado saltar varios obstáculos para ser el gran lanzador que es el 2016. El venezolano figuró entre 2007 y 2009 entre los 100 mejores de prospectos de las Grandes Ligas, pero en ese último año empezó a variar su vida
La carrera de Carlos Carrasco estuvo destinada desde sus inicios a ser exitosa, pero durante su trayectoria le ha tocado saltar varios obstáculos para ser el gran lanzador que es el 2016. El venezolano figuró entre 2007 y 2009 entre los 100 mejores de prospectos de las Grandes Ligas, pero en ese último año empezó a variar su vida.
En 2009 estuvo involucrado en un movimiento que llevó a Cliff Lee a los Filis de Filadelfia junto a Ben Francisco, y que envió a Carrasco a los Indios de Cleveland. A partir de esa zafra, al larense le tocó lidiar en una nueva organización, y no consiguió la consistencia hasta la campaña del 2014.
Durante ese tiempo tuvo que recuperarse de una cirugía Tommy John que lo obligó a perderse toda la temporada del 2012. En el siguiente año estuvo como abridor de los aborígenes, pero tras sus malos resultados la organización decidió utilizarlo como relevista. En 2014 arrancó en ese mismo rol y dejó una extraordinaria efectividad de 2.55 en 134.0 innings, empezando su camino al estrellato como iniciador.
Problema cardíaco
En 2015 firmó una extensión de contrato por cuatro años y 22 millones de dólares, a pesar de que se le fue detectado un problema cardíaco que fue corregido con una operación no invasiva. La dificultad cardíaca podía llegar a afectar su carrera, al punto de que su corazón llegó a tener 120 pulsaciones por minuto.
Después de saltar todos esos obstáculos ha conseguido una estabilidad en la Gran Carpa. El derecho ha estado a punto de lanzar juego sin hit ni carrera en tres oportunidades en las últimas tres primaveras, además tiene efectividad de 3.05 en 387.0 tramos con 424 ponches y récord de 27 triunfos y 21 derrotas.