Chávez forjador de odios

El rencoroso no sabía que es necesario colocarse en el contexto histórico de la época para poder juzgar. El de la revolución bonita desconocía que España no tuvo precedentes en los cuales orientarse durante la conquista y colonización y que obró según sus propios cánones matizados a las ideologías de la época

Cristóbal Colón al intentar llegar a las Indias Occidentales, dándole la vuelta al mundo por rumbos desconocidos, se topó con un nuevo, gigantesco y nunca soñado continente, que representó un hito importantísimo en la historia universal que cambiaría radicalmente el futuro de la humanidad. 

El Comandante que se creyó eterno, satanizó este glorioso momento como un genocidio y ordenó retirar la estatua de Colón del parque El Calvario. De seguida, vándalos chavistas “juzgaron” la estatua homónima del Paseo Colón, la consiguieron culpable, la derribaron, desmembraron, pintorrearon de rojo y ahorcaron en la vía pública. Desde el descubrimiento comenzó el resentimiento. 

El tirano sembró la xenofobia contra los conquistadores, europeos y foráneos al tiempo que se alió con sátrapas enemigos del mundo. “Lárguense extranjeros explotadores”. Hasta tildó de traidores a los caciques que pactaron con los españoles. No sabía que fue culpa del tiempo y no de España. Ignoraba que conquistar y ser conquistados ha sido la historia de la humanidad, y que los victoriosos imponen su cultura, religión y manera de ser a los derrotados para satisfacción de la gran mayoría de la especie humana. 

El de la revolución bonita desconocía que España no tuvo precedentes en los cuales orientarse durante la conquista y colonización y que obró según sus propios cánones matizados a las ideologías de la época. El rencoroso no sabía que es necesario colocarse en el contexto histórico de la época para poder juzgar. 

A pesar de todas sus imperfecciones, el imperio español estableció un inmenso conglomerado de personas llamado hispanidad que hoy pueblan un mismo continente y hablan un mismo idioma sin que existiera entre ellos diferencias de raza, de credo o de hermanos. 

Hasta que llegó el tirano a imponer su odio de clases, “los ricos roban a los pobres”, su siembra de rencor entre hermanos, “o estás conmigo o eres mi enemigo”, y su racismo, “los judíos mataron a Cristo y desde entonces se han ido engulleciendo (sic) de riquezas y causando pobreza e injusticias alrededor del mundo”. Sus ofensas, vulgaridades, revanchismo, humillación, burlas, tirrias e insultos a quienes lo adversaban o tuvieran éxito no tiene comparación con su peor oprobio, odiando era implacable. Que oiga quien tiene oídos…

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