En Polimaracaibo solo queda la mitad de los efectivos

A dos años de la intervención del organismo, el cuerpo policial solo cuenta con 463 de los 978 oficiales que había en su plantilla y con ocho de las 44 patrullas. José Luis Alcalá, exdirector de la institución, asegura que el objetivo de la medida de injerencia es sabotear la gestión de la Alcaldía de Maracaibo, “porque un alcalde es nada sin su Policía”

Kelvin Ortega terminó en febrero con sus 19 años de servicio policial. Los 27 mil bolívares mensuales que devenga no le alcanza para mantener a sus dos hijos de cinco y 10 años. A esta razón, le suma el deterioro de un cuerpo policial que dejó de cumplir la mayoría de sus funciones tras permanecer dos años intervenido.

Ortega dejó su cargo de supervisor jefe en la Policía de Maracaibo el pasado viernes 24 de febrero. “Me duele lo que pasa en la Policía, que está deteriorada. No hay unidades, no hay logística, no hay insumos, no hay buenos sueldos. Todos los policías tenemos que tener un segundo trabajo para poder subsistir, todos lo tenemos”, contó el hombre de 39 años, que ahora trabajará en una empresa de vigilancia privada.

Como Ortega, al menos 50 por ciento de la plantilla de oficiales renunció a la institución en los últimos dos años, producto de la intervención ordenada por el Ministerio de Interior y Justicia el 25 de febrero de 2015. De los 978 funcionarios que estaban operativos para esa fecha, solo quedan 463.

Negativo

La intervención no arroja un balance positivo. Apenas ocho de las 44 unidades policiales están operativas, 463 de los 978 oficiales que habían están en servicio, lo que llevó a que los índices de inseguridad aumentara en 71 por ciento en las parroquias Juana de Ávila, Olegario Villalobos y Santa Lucía, todas asignadas a Polimaracaibo para su resguardo por medio de los cuadrantes de seguridad.

“La intervención que disparó el delito fue la de Polimaracaibo. Con la medida los perjudicados fueron los oficiales, porque no hubo una mejora salarial. Se desmejoró la Policía y pusimos a los marabinos a merced del hampa. El delincuente se beneficia de ello”, denunció José Luis Alcalá, quien ocupó el cargo de director del cuerpo policial hasta poco antes de la injerencia.

El abogado, experto en Criminalística, aseguró que hoy en día la respuesta de reacción de una unidad de Polimaracaibo en sus cuadrantes tarda más de una hora; mientras que en 2014 era de un minuto, lo que fue reconocido por el entonces ministro Miguel Rodríguez Torres y el propio presidente Nicolás Maduro.

La posibilidad de bajar el récord es cuesta arriba. Polimaracaibo tiene bajo su resguardo 15 cuadrantes en las tres parroquias con mayor actividad económica de la ciudad, en cada una de ellas debe haber una patrulla y dos parejas de motorizados -según las exigencias mínimas de funcionamiento-, hoy no es posible porque apenas cuentan con ocho unidades.

“Hay cuadrantes que quedan sin supervisión policial. El delincuente tiene su patrullaje inteligente, sabe a la hora y el cuadrante que no tiene seguridad, y aprovecha para actuar”.

Gestión saboteada

La Policía de Maracaibo nació en 1992 para además de brindar seguridad, asumir funciones administrativas como velar por el cumplimiento de las ordenanzas en cuanto al servicio del transporte público, al orden en los cementerios municipales, evitar las construcciones ilegales, entre otras.

“Hoy la Policía no cumple ninguna función, porque su intervención fue para sabotear la gestión de la Alcaldía de Maracaibo”, afirmó Alcalá, quien explicó que la medida de arbitraje debe ocurrir solo cuando se determine que el organismo de seguridad incurra en violaciones a los derechos humanos, integre una red delictiva, o cometa actividades que atenten contra el orden constitucional. “Ninguno son los casos. La intervención fue para despojar a los marabinos de su Policía y abandonar, dañar la gestión de la alcaldesa Eveling de Rosales”.

Para Alcalá, no se trata de intervención sino de secuestro. Y que la Alcaldía de Maracaibo destina más de 50 millones de bolívares mensuales al organismo para los pagos administrativos, pese a que no esté bajo su mando.

“La Alcaldía no tiene control alguno sobre esa Policía, pero tiene que pagar la nómina y el mantenimiento. Hago con ella lo que yo quiero, te saboteo la gestión, no cumplo con las funciones, pero te obligo a pagarla. Eso es lo que hace el Gobierno, porque sabe que un alcalde o alcaldesa es nada sin su Policía”.

Robo de carros descontrolado

Setenta carros diarios se roban en promedio en Maracaibo. La falta de patrullaje y actividades de inteligencia hace que el número suba a casi 500 semanal y al menos dos mil mensual. “Esto es una industria más rentable que el tráfico de droga y menos peligroso, porque actúan con una impunidad terrible”, asegura José Luis Alcalá, exdirector de Polimaracaibo.

 

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