Comedor de la Basílica, una ayuda invaluable

El comedor comunitario de la Basílica tiene 14 años atendiendo a diario más de 30 comensales diarios. Desayuno, almuerzo y cena todos los días del año, pueden disfrutar niños, jóvenes y adultos mayores que están en situación de calle o abandono del casco central de la ciudad 

Las maravillosas obras que realiza el equipo parroquial de la Basílica Nuestra Señora de Chiquinquirá son múltiples y maravillosas, el comedor comunitario es una de las iniciativas que a diario realiza el milagro de brindar una mano amiga y apoyo a los desfavorecidos.

Las campanas de la iglesia retumban en el casco central, su reloj marca las 12.00 del mediodía, hora precisa para que José Semprún llegue ayudado por sus muletas a la parte trasera de la iglesia y se siente justo al lado del despacho del padre Eleuterio Cuevas, párroco de la Basílica, para esperar que las cocineras abran la puerta del comedor comunitario Nuestra Señora de Chiquinquirá.

Para José contar con esta ayuda es una bendición, sobre todo luego de que perdiera su pierna derecha hace más de cinco años cuando un conductor se lo llevó por delante en la Circunvalación 3, y del impacto le desprendiera el miembro provocando que casi pierda la vida, el hombre que define aquel momento como "un milagro" que agradece a Dios y a La Chinita, está sin trabajo y con azúcar en la sangre.

Esta situación no le permite a Jesús "conseguir un trabajo decente", por eso pide dinero en las paradas del casco central y "gracias a la iglesia no pasa hambre, porque ellos con mucho amor y dedicación le dan a uno lo mejor, además de la comida mucho amor".

Esta es solo una de las historias que a diario se alimentan en este comedor que tiene más de 14 años funcionando, como iniciativa de su párroco Eleuterio Cuevas y atiende a diario entre 30 y 70 personas dependiendo de la temporada. Desayuno, almuerzo y cena se sirven a diario, de lunes a lunes por las tres cocineras Marina Arévalo, Luisa Fuenmayor y Erilu Pereira, que con gran esmero y dedicación esperan puntual a sus comensales.

El más antiguo

Ender Fuenmayor, servidor de María, de 67 años de edad, es el comensal que tiene mayor tiempo poniendo los pies bajo la mesa del comedor desde el 2001. El abuelo que ya está resentido de salud pasa sus días en la Basílica ayudando en lo que puede, es el consentido de las cocineras. "La Basílica es mi casa y esta es mi familia".

Planes futuros

El plan para los próximos años es albergar a todos los adultos mayores y niños que se encuentran en situación de calle y que deambulan por la plazoleta de la Basílica. Además de la construcción de una casa del abuelo y un comedor más amplio. Gran parte de los recursos recolectados este año en el Telepotazo Chiquinquireño 2015, serán destinados a tales fines 

 

Irma Jackson, beneficiada. "Yo tengo un año comiendo aquí. Con 70 años ya uno no consigue trabajo, yo estoy enferma de la columna y del ojo izquierdo, pero gracias a Dios tenemos este apoyo".

Erilu Pereira, encargada del comedor. "Hay personas mayores que no tienen quien los atienda, no tienen familia y nosotros los hemos acogido. Este es un trabajo muy gratificante, aunque a veces se ponga un poco apretada la cosa en la iglesia contamos con la benefactoría de corazones generosos. Es maravilloso que las personas se sientan aquí seguras de que nunca les va a faltar el pan". 

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