No se pretende asumir la representación de nadie, salvo que exprese su voluntad de estar; consideramos que la palabra clave es la “organización”; existe una necesidad urgente y el radio de acción hay que ampliarlo, con orden, disciplina, responsabilidad y eficiencia
“Tuve que sentir la soledad para aprender a estar conmigo mismo y saber que soy buena compañía”. Jorge L. Borges.
Creo que es el momento del gran esfuerzo comunicacional y participativo de todos los venezolanos en el exterior. Dejemos atrás la diatriba inútil, las simpatías o antipatías por unos y otros, el recelo o los celos de liderazgo. No nos encerremos en la soledad. El país se nos vuelve nihilista, no quiere creer en nadie. El daño infligido a la patria es profundo y puede ser mortal, de hecho, su proceso de recuperación será lento y doloroso, por lo que se hace necesario que confluyan todos los espíritus de buena voluntad, con intenciones de recuperarla. Hay críticas justificadas, otras exageradas y otras innecesarias, somos mortales e imperfectos, pero, los invito a sacar lo mejor que hay dentro de nosotros y que nos apiademos de la patria moribunda.
Donde quiera que se encuentre un venezolano, asóciese con otro para colaborar en estas horas aciagas para el país; me consta que hay numerosas asociaciones voluntarias con la mejor disposición y prestos a colaborar; lo que hace falta es organización comunicacional para coordinar más eficientemente el músculo y la mente de tantos venezolanos que además del esfuerzo y el sacrificio que significa el proceso de traslado, instalación y sobrevivencia lejos de su país, quieren aportar parte de su tiempo, su talento y de sus bienes para asistir a la exigencia de la patria democrática.
En ese sentido, transmito con alegría que el pasado viernes 4 de enero de este año que recién comienza, se llevó a cabo la Asamblea fundacional del Consejo Exterior de la Venezuela Libre en la ciudad de Miami, donde todas las organizaciones y personas asistentes quedamos registrados como miembros fundadores. Ha sido una convocatoria para “comenzar acciones que permitan articular en una instancia política los esfuerzos de los venezolanos en el exterior” y para mantenernos activos “en el propósito de la recuperación de la nación junto con el movimiento de resistencia que opera en Venezuela”. Como bien se plantea, es una necesidad impostergable coordinar las acciones desde el interior y exterior de Venezuela, para el restablecimiento de su Constitución, la democracia y la libertad.
No se pretende asumir la representación de nadie, salvo que exprese su voluntad de estar; consideramos que la palabra clave es la “organización”; existe una necesidad urgente y el radio de acción hay que ampliarlo, con orden, disciplina, responsabilidad, y eficiencia. La batalla final requiere que estemos preparados, organizados y dispuestos a hacer tangible el contenido del artículo 333 de la Constitución nacional vigente: “Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”.