Corina

Si me piden recordar una sola de las muchas virtudes de Corina, yo evocaría su entrega y desprendimiento. Le pido a Dios que en Venezuela sigan existiendo muchas Corina, que con principios y valores son el pilar indestructible

En momentos de crisis tan profundas como la que vivimos, que no solo es económica y política, sino que ha trastocado lo social, moral y espiritual, tener valores y pilares sólidos como referentes culturales, pero sobre todo familiares es trascendental. Corina, mi madre, es uno de esos valores a los que nuestra numerosa familia le sigue como ejemplo. Recientemente cumplió 80 años y no podemos más que agradecer a Dios por su presencia en muy buenas condiciones físicas y mentales.

La vida de Corina ha estado llena de retos, de realizaciones personales, familiares, profesionales. Viene de una familia modesta en lo económico, pero de allí y del colegio El Pilar, donde estudió becada, logró adquirir los valores y principios que han sido el soporte fundamental de su edificio de vida y sin duda, en parte, también de la nuestra. 

A Manolo, mi padre, lo conoció en la Facultad de Derecho de nuestra Universidad del Zulia. Eran los tiempos de los albores de la democracia. Muy jóvenes, con 21 y 22 años de edad, se casaron e inmediatamente comenzaron a producir muchachos. En los primeros cinco años de matrimonio, Corina tuvo seis embarazos. En total, tuvo nueve embarazos y siete hijos. 

La prematura muerte de Manolo la puso en la difícil situación de llevar adelante, sola, una responsabilidad que había sido compartida. Superó con creces la prueba que Dios le puso.  Tanto Manolo como Corina nos formaron con el ejemplo. Y si me piden recordar una sola de las muchas virtudes de Corina, yo evocaría su entrega y desprendimiento. Siempre ha estado allí para acompañar a sus padres, hermanos, hijos, nietos o a cualquier familiar, amigo, conocido o desconocido que haya necesitado de su apoyo.

Su vida profesional estuvo signada por la rectitud y el reconocimiento público a su labor. Fue trabajadora tribunalicia, notario público, registrador mercantil, juez y en cada una de sus responsabilidades pudo demostrar el sentido de la justicia y del servicio público. Ya hoy disfruta de un merecido descanso. Yo le digo que lo importante es que lo que ella tuvo que hacer lo hizo 

Disfruto tu vida, Corina. Celebro tus 80 años y le pido a Dios que te siga dando vida y salud. Siéntete orgullosa de tus logros. Tus siete hijos, tus 28 nietos, tus cuatro bisnietos, siempre tendremos en ti un gran ejemplo a seguir. Pero, también le pido a Dios que en Venezuela sigan existiendo muchas Corina, que con principios y valores son el pilar indestructible, que lejos o cerca, por el camino correcto mantienen unidas a sus familias.

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