Diálogo y concertación

Pienso que la democracia nos brinda oportunidades grandiosas para poder entendernos con posiciones claras, definidas, debatidas y resueltas a pasar la página de la confrontación y escribir capítulos de nuestra historia republicana

Una vez más el jefe del Estado y presidente del Gobierno venezolano ha convocado a un proceso de diálogo nacional con especial interés en el tratamiento a la problemática económica que cada día es más compleja en nuestro país. Esta convocatoria se realiza inmediatamente después de la celebración de elecciones presidenciales cuyos resultados no han sido reconocidos por gran parte de los partidos de oposición y por varios países de América y la Unión Europea. 

Bajo este contexto, qué salida puede tener la crisis que golpea considerablemente al ciudadano común en su tarea de vivir cada cada día con escasas posibilidades de pronosticar su futuro. La respuesta a esa interrogante no es en modo alguno consoladora si nos desviamos de la ruta democrática.

El maestro italiano Giovanni Sartori  nos aportó sus más lucidas ideas acerca de la Democracia.  Este disertó sobre el fenómeno globalizador y el estado de la ciencia política, cuyas posturas se filtraron en valiosas obras como Parties and Party System. A Framework for Analysis (1976), La política. Lógica y método en las ciencias sociales (1979), Ingeniería constitucional comparada (1994), Homo Videns. La sociedad teledirigida (1997), La democracia en 30 lecciones (2008) o en sus incisivas columnas del periódico Corriere della Sera.

Las democracias en el mundo sufren distintas modificaciones y conforme a ello se manifiestan de distintas maneras y para poder comprenderlo debemos ser analíticos en su origen y funcionamiento. Sin claridad conceptual es difícil entendernos en la vida diaria, pero más en las ciencias, los valores centrales de la democracia, en contraste con la violencia del terrorismo y los fanatismos, siguen siendo la libertad y el pluralismo, por ello, la ciencia política exige un fuerte conocimiento teórico, pero empíricamente es aplicable a la realidad desde la ingeniería constitucional. 

Ahora bien, bajo las ideas expresadas debemos admitir que nuestro contexto país es muy singular y no está permitido -en el campo de la lógica- copiar alguna experiencia extranjera para la solución de nuestros problemas centrales. Luego, nos toca hablar, conversar, dialogar, condicionar y cumplir los compromisos democráticos que conlleven a una solución de la problemática que atravesamos aplicando las herramientas que nos brindan las ciencias sociales a través de la economía política para aplicar políticas económicas. 

Considero que el liderazgo opositor no ha apreciado la estupenda posibilidad que existe en el marco de un diálogo sincero para poder exigir el término del trabajo para el cual fue elegida la Asamblea Nacional Constituyente. Es consabido por todos que una vez que expire el período de trabajo del cuerpo constituyente el mismo puede ser sometido a aprobación popular por vía refrendaria y además se puede aperturar un proceso de relegitimación de todos los poderes públicos. 

Acaso esos escenarios merecen nuestro desprecio. Pienso que la democracia nos brinda oportunidades grandiosas para poder entendernos con posiciones claras, definidas, debatidas y resueltas a pasar la página de la confrontación y escribir capítulos de nuestra historia republicana. Las circunstancias nos estimulan a dialogar, negociar y concertar las acciones para lograr las reformas que requiere el país y Venezuela nos está esperando.

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