Ningún profesional universitario, entiéndase como profesor, empleado u obrero, con su sueldo puede mantenerse con lo que percibe. Es muy triste ver como el sector universitario ha venido decayendo. Parece que los universitarios no veremos la luz
Parece que los universitarios no veremos la luz. El Ejecutivo decidió aprobar unas tablas salariales sin tomar en cuenta a la mayoría de los gremios y que no están adaptadas a la hiperinflación que vivimos día a día los venezolanos.
El pasado 13 de junio en horas de la tarde, las instituciones públicas de educación superior recibieron una tabla nueva. Según este tabulador, un profesor titular a dedicación exclusiva, máximo escalafón universitario, está ganando desde el 1 de julio un sueldo base de 53.492.499 bolívares más el cestaticket que son 2.190 mil bolívares, la prima familiar, la prima profesional que varía de acuerdo al grado académico y la prima de antigüedad.
En América Latina, el salario de un profesor universitario supera los tres mil dólares. Solo basta mencionar los países miembros del Mercosur, comunidad a la que Venezuela también pertenece. En Brasil el sueldo es de 1.982 dólares, Argentina 1.322 dólares, Uruguay 4.455 dólares, Paraguay 994 dólares, mientras que aquí el sueldo que nos han dado a la tasa del cambio del mercado paralelo, es de aproximadamente 15 dólares.
Según el Cenda, para el mes pasado, la canasta básica se ubicó en 164.157.722, 66 bolívares. ¿Con qué sueldo podemos adquirir nosotros los universitarios la canasta básica para cubrir nuestras necesidades? ¿Cómo hace un trabajador que gana sueldo mínimo que son tres millones de bolívares mensuales más la cestaticket, para mantener su hogar?
El artículo 91 de nuestra Carta Magna establece que “Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales”.
Ningún profesional universitario, entiéndase como profesor, empleado u obrero, con su sueldo puede mantenerse con lo que percibe. Es muy triste ver como el sector universitario ha venido decayendo y en similar situación se encuentra el Sector Salud que es más preocupante, porque los médicos son uno de los motores fundamentales de la sociedad.
Han sido las universidades venezolanas, guiadas por sus docentes, quienes han colmado con profesionales de calidad y de comprobado rendimiento los cuatro puntos cardinales del país y ese logro es de los profesores universitarios, quienes con justicia tenemos derecho a construir un futuro mejor. No podemos bajar la guardia. Hay que seguir luchando por lo que por honor y trabajo nos corresponde.