Vamos
El 6-D estamos convocados los venezolanos para elegir la nueva Asamblea Nacional. Es la oportunidad legal para dirimir el proceso de cambio que el país está demandando para superar las serias dificultades que atravesamos. Ese día volvemos a lo que debe ser una fiesta de civismo. Vamos a llevar a la Asamblea Nacional a los nuevos diputados, que con su dedicación afrontarán la crisis nacional. Atrás quedará la deteriorada práctica de la cesión que la actual Asamblea ha hecho de sus primarias competencias para legislar, otorgándoselas al Poder Ejecutivo de forma sumisa e irrespetuosa para con sus electores.
Todas las encuestas señalan la tendencia favorable al voto opositor, el que se impondría mayoritariamente ante las aspiraciones del Gobierno de preservar la mayoría en la nueva Asamblea Nacional. El pueblo como ha sido tradición en nuestro país expresará libremente sus aspiraciones y su voluntad para conseguirlas y de esa manifestación electoral emergerá la nueva ruta, por la que ese pueblo transitará para impulsar el cambio democrático que le permitirá tener un mejor país con nuevas caras, liderazgos y procedimientos.
Mientras el pueblo se prepara para el gran acontecimiento democrático, desde el Gobierno solo se escuchan las trilladas amenazas para anunciar la existencia de suficientes celdas carcelarias donde recluir a todo aquel que, según el criterio del Gobierno sea considerado como enemigo. Es solo en nuestro país donde se escuchan estas opiniones de quienes están al frente de la responsabilidad de gobernar, que por adelantado invaden arbitrariamente las competencias y responsabilidades del árbitro electoral que es el único organismo a quien corresponde velar por el cumplimiento de la normativa electoral.
A pesar de ese desborde de opiniones que buscan a como dé lugar la abstención de los ciudadanos las encuestas también señalan que la intención del voto está por el orden del 80 por ciento. Cosas veremos Sancho amigo, como diría Cervantes.