El destino del diálogo

El régimen volvió a engañar miserablemente al representante del Papa, negándose a cumplir los acuerdos alcanzados en las dos primeras sesiones, como lo son la puesta en libertad de todos los presos políticos y la fijación de un cronograma electoral. ¿Cuál es el interés del régimen? Mantenerse en el poder a como dé lugar

El tan cacareado diálogo que propuso el régimen de Nicolás Maduro tuvo un solo propósito: ganar tiempo para que el revocatorio en contra del Presidente no se lleve a cabo este año 2016. Como ya todos saben, por el tiempo que queda de este año, el régimen se salió con la suya. Cuando se quiere dialogar, las partes que aspiran dirimir sus diferencias, deben ser sinceras, tener un interés genuino y la voluntad para alcanzar un acuerdo.

¿Cuál es el interés del régimen? Mantenerse en el poder a como dé lugar y atornillarse intemporalmente. ¿Y cuál es el de la sociedad civil y de la oposición que adversa a Maduro? Salir del dictador disfrazado de demócrata.

Las encuestas reflejan el perfil de la realidad venezolana: La de una catástrofe económica y social con muertes por desnutrición y falta de medicamentos. En lo jurídico todos los derechos sociales y las garantías constitucionales se les inculcaron al pueblo, cundiendo la frustración y el desespero de la gente por la evidente falta de futuro. El país se está vaciando de jóvenes con talento que emigran en busca de otros horizontes para su realización material y familiar. El régimen ya está a punto de acabar con la clase media que es la generadora de empleo y mano de obra, talento, inventiva y desarrollo. El sueldo mínimo de los trabajadores y obreros es ahora de 0,87 dólares diarios con una inflación en el orden del 1.400 por ciento.

La mesa que reúne a la oposición conocida por las siglas  MUD, invito al Vaticano para que sirviera de mediador en la búsqueda de la tan anhelada salida constitucional de la crisis venezolana, siendo su esfuerzo hasta el momento estéril. El régimen volvió a engañar miserablemente al representante del Papa, negándose a cumplir los acuerdos alcanzados en las dos primeras sesiones, como lo son la puesta en libertad de todos los presos políticos y la fijación de un cronograma electoral. 

¿Alguna salida? Lo que queda es la imposición de la voluntad, criterio y deseo de servir dignamente a la patria y no al oficialismo, de  parte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. ¿Cuál es entonces el destino del diálogo? El de un estrepitoso fracaso  por culpa del Gobierno que no piensa dejar el poder a pesar de su ineptitud y fracaso.

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