El peso de la deuda

 

El proceso de reestructuración de la deuda conlleva la posibilidad, como ocurrió hace varios años con Grecia, de unas duras medidas de ajustes y reformas económicas para corregir los desequilibrios económicos y asegurar el pago

La banalización de cadenas presidenciales ha creado la predisposición a no prestar la atención a los anuncios gubernamentales y con una voz crítica preguntarse ¿En lo personal cómo me afecta? La hábil propaganda oficial ha sido efectiva en el desvío del foco de atención de las causas verdaderas del empobrecimiento de los venezolanos. El jueves 2 de noviembre se hizo un anuncio que estremeció a pocos y con liviandad se hizo aparecer como un asunto menor.

En medio de una economía devastada y acosado por los acreedores de la deuda externa y la plena vigencia de un modelo político-económico, que cerró todas las vías para producir los cambios urgentes que requiere el aparato productivo para favorecer el abastecimiento de alimentos, medicinas y otros bienes, el jefe del Estado anunció que “a partir de hoy (2 de noviembre 2017) decreto un refinanciamiento y una reestructuración de la deuda externa y todos los pagos de Venezuela”.

 Ya no se puede esconder lo que es un secreto a voces: Venezuela está al borde del default, la salva el dolor de la población porque se redujo la importación de productos básicos. El crecimiento exorbitante de la deuda pública nos está pasando factura (unos 175 mil millones de dólares; de los cuales hay que pagar en los dos últimos meses de 2017 más de dos mil 100 millones y en 2018 unos ocho mil millones de dólares). El proceso de reestructuración de la deuda conlleva la posibilidad, como ocurrió hace varios años con Grecia, de unas duras medidas de ajustes y reformas económicas para corregir los desequilibrios económicos y asegurar el pago.  

Los especialistas en economía coinciden en que se debe acudir a organismos multilaterales para darle confiabilidad a las reformas que se comprometan y colaboren en la negociación para lograr una disminución del monto de la deuda y de mejorar las condiciones de pago. El otro proceso anunciado, el refinanciamiento, tiene el obstáculo de las sanciones impuestas por EEUU a la emisión de nueva deuda en dólares. ¿Cómo sortearlo? depende de la habilidad de los negociadores. Rusia ya anunció que el Gobierno nacional aceptó los términos en la renegociación de una deuda por tres mil millones de dólares en la compra de armas. 

En LUZ estamos tomando algunas medidas para aminorar el impacto de los posibles ajustes, ya tenemos bastante con el éxodo estudiantil y profesoral, el deterioro de la infraestructura física y la insuficiencia de materiales y de equipos que necesitan reposición, pues su obsolescencia en nada contribuye a los estándares de calidad de una universidad del siglo XXI. Dios se apiade de nuestro pueblo.

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