Jesús Materán, uno de los vecinos afectados, explicó que establecieron contacto con Freddy Rodríguez, presidente de Hidrolago, para informarle sobre el problema. “Hay que sustituir 200 metros del colector matriz que está en la calle San Miguel, porque la tubería que está ahí es de cuatro pulgadas y eso colapsó"
La calle Gil del sector Cañada Honda se ha convertido en un río de aguas negras. Al menos 12 mil 500 habitantes están en riesgo de contraer una infección pulmonar debido a que una vez que se evapora el agua servida, el excremento se pulveriza convirtiéndose en un polvo verde que respiran a diario niños y adultos.
Llagas en la piel, tos, fiebre y diarrea crónica son los cuadros infecciosos que se han presentado hasta ahora, con pronóstico a empeorar, pues frente a uno de los colectores 650 niños, en edad maternal, asisten al preescolar La Rondita de la Fundación del Niño. Empeorando el contexto para el nuevo año escolar.
Jesús Materán, uno de los vecinos afectados, explicó que establecieron contacto con Freddy Rodríguez, presidente de Hidrolago, para informarle sobre el problema. “Hay que sustituir 200 metros del colector matriz que está en la calle San Miguel, porque la tubería que está ahí es de cuatro pulgadas y eso colapsó, ahora hay que incorporar una nueva tubería de 10 pulgadas para que fluya”.
Inundación pestilente
La casa que vio crecer a Mirella Serrada y a sus 10 hermanos esta “inhabitable” luego de que sorpresivamente las aguas negras inundaran dos veces la edificación. La última vez el agua verdosa le llegó a las rodillas y con ayuda de un sobrino sacó a su madre y a su hermana, ambas discapacitadas, y subió en bloques y mesas los corotos que pudo para no perderlos.
El llamado lo hizo con lágrimas de impotencia. “Hemos tenido que dejar la casa botada por este problema. Nos sentimos muy tristes por esta situación. Estamos pasando hambre, necesidades y ahora esto. Estamos mal”. La afectada lamentó que ahora su madre deba vivir arrumada por culpa de esa situación. “Mi mamá se la mantiene deprimida, todo el tiempo llorando porque ella quiere volver para su casa”.
Atención a medias
Yolanda Díaz, también sintió el trago amargo de ver cómo una cascada de aguas negras entra a su casa, para su fortuna una bomba de succión hace el trabajo sucio cuando la desgracia llega, sin embargo, explica que “la falta de consciencia y de responsabilidad” que Hidrolago ha demostrado. “Los trabajadores vinieron y trajeron un camión, hicieron un destape ahí medio hecho, pero de ahí para acá tenemos la vía cerrada porque se volvió a tapar y esto es un río de aguas negras. Los tres días de agua que hay es constante la plaga y los malos olores”.
Destacó que el ingeniero encargado de la obra quedó en regresar, pero no volvió más. "Los llamamos y dicen que no pueden venir porque que no hay cauchos. El 12 y el 16 hicimos los reportes. Hacemos un llamado a Hidrolago, que por favor se aboquen porque ya esto es demasiado”.
Bocadillo
12 mil 500 habitantes corren peligro.