Diana Marcela Tique lleva 37 días sin tener noticias de su hermano, Alejandro Tique, un colombiano que trabaja para el Consejo Danés de Refugiados que fue detenido en la frontera con Venezuela cuando este viajó al país por trabajo y terminó en manos del gobierno de Nicolás Maduro.
El último mensaje que ella recibió de Tique fue a las 2.00 de la tarde del sábado 14 de septiembre cuando él le informó que estaba a punto de pasar el puente internacional hacia Venezuela, en la frontera con Arauca. Su empleador lo envió a ese país de manera terrestre.
Desde entonces todo fue confuso para la familia. Horas después, un funcionario venezolano le comentó que él había sido detenido, se comunicaron con el Gobierno colombiano que les respondió que enviarían notas diplomáticas al Palacio de Miraflores y solo hasta el jueves 17 de octubre tuvieron información de Alejandro Tique en un preocupante reporte de líder oficialista.
Ese día el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, contó en rueda de prensa las nuevas detenciones, en las que apareció el retrato y el nombre del ingeniero colombiano que se gana la vida como analista de datos y programador.
“No entendíamos nada. Un mes intentando contactar con los consulados, con la Embajada, nadie tenía información de él. Nos llaman por videollamada a contarnos que había salido ese comunicado de prensa, pero hasta la fecha no sabemos dónde está, por qué está detenido o dónde está. Estamos a la incertidumbre, a la espera, sin saber qué hacer, sin obtener respuesta”, relató Diana Marcela a Semana.
Alejandro Tique tiene 32 años y se graduó de la Universidad Nacional de Colombia en 2015 con el título de ingeniero industrial.
Desde entonces hizo su vida profesional buscando proyectos para expertos en datos y fue así como llegó al Consejo Danés de Refugiados, organización internacional con la que colabora desde hace dos años.
Su viaje a Venezuela fue motivado por una capacitación laboral a la que no pudo asistir porque cuando cruzó la frontera fue detenido por la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).
“Él nunca tuvo miedo de ir a Venezuela porque iba con su empresa. Pero ahora estamos en una situación totalmente compleja, fue algo muy riesgoso y ojalá hubiéramos podido detenerlo antes del viaje. Esto no es algo que uno espera que pase”, contó su hermana.
El caso se mantuvo en silencio a la espera de que el gobierno de Gustavo Petro atendiera su situación a través de notas diplomáticas de la Cancillería al Palacio de Miraflores, pero esos mecanismos se agotaron ese jueves 17 cuando su retrato apareció en la rueda de prensa de Cabello.
“No es un delincuente”
Nataly Díaz es cercana a Alejandro desde hace diez años, cuando se conocieron en el primer día de clases en la Universidad Nacional de Bogotá y terminaron estudiando toda la carrera juntos, fue ella quien alertó en redes sociales sobre la desaparición de su mejor amigo.
“Alejandro no es un criminal, no es un delincuente. Él es una persona inocente en esta situación política que trabajaba en una organización humanitaria y que fue por un tema laboral. Él fue ilegalmente capturado, en este momento no está oficializada su detención, ha pasado mes y medio y no hay cargos. Es una persona inocente que no ha estado involucrada en temas de violencia, es una persona tranquila que solo estaba trabajando”, advirtió Díaz.
La versión de la gestión de Maduro es que los cuerpos de seguridad del Estado están capturando mercenarios que tienen un plan contra Venezuela. Cabello está convencido de que hay una supuesta “conspiración” contra su país.
“Ahora viene la vinculación a Colombia. Este caballero que está aquí, Manuel Alejandro Tique Chaves, se esconde a través de vínculos de oenegé, pero es un reclutador de paracos. Revisen hoy: a mí me llegó la comunicación de grupos paramilitares declarándome la guerra porque esto les está doliendo. Él pertenece a una oenegés, pero no andaba ayudando a la gente, está ayudando a los terroristas”, aseguró el ministro de Interiores, Justicia y Paz en una rueda de prensa de 48 minutos en la que mostró un retrato del colombiano, imagen que es la única prueba de supervivencia que ha tenido la familia.
A Alejandro Tique lo está esperando su familia en Colombia. “Pedimos la intervención de los ministerios y del presidente porque le vulneraron los derechos, está privado de la libertad en otro país y eso le pudo pasar a cualquier colombiano”, reclamó su amiga Nataly.
“Necesitamos que nos presten atención. Estas son cosas que no deberían suceder”, clama su hermana Diana Marcela. Esta familia colombiana lleva mes y medio sin tener comunicación con el ingeniero que terminó en una cárcel en Venezuela.
Fuente: Semana
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