Todavía al Gobierno le queda otro as bajo la manga que la tiranía gobernante también ha venido cultivando desde sus inicios, como lo es la oratoria y formación política alienante, aquella que es capaz de impactar en mayor o menor medida la psiquis o estado de conciencia del individuo
Sin duda alguna el comunismo y el socialismo como etapa de transición previa pasarán a la historia como una de las ¡plagas ideológicas! más implacables y efectivas para generar pobreza, miseria y muerte física o espiritual, que a través del populismo como mecanismo de disuasión política discursiva y acción de Gobierno se dedica a usufructuar la riqueza de un sector de la sociedad que la produce, primeramente para construir y luego mantener una muchedumbre parasitaria que lo sostenga en el poder del Estado indefinidamente, y posteriormente pero no menos importante la conformación de una nueva oligarquía fascista que vive en la más obscena opulencia, mientras el resto del país languidece.
Cuando el populismo no es suficiente, apela por las más aberrantes prácticas del fascismo totalitario para coaccionar bien sea con poder de las armas del Estado o con grupos civiles armados para amedrentar y asesinar si es necesario la voluntad ciudadana de un cambio político; teniendo que constituirse para ello entonces en un Estado delincuente cuyo gobierno también lo es, mientras el “diálogo político” y sus estridencias discursivas hipócritas de paz, amor y convivencia son sus más viles instrumentos de dilación y distracción política para crisis interna que se vive en todos los órdenes.
Mientras tanto su estrategia y acción política se dedican primeramente a generar y luego a fortalecer, lo que se podría catalogar como una idiotez colectiva y una alienación revolucionaria que atentan con la psiquis y estado de conciencia del ciudadano, produciendo tres tipos de sentimientos que le resultan ideales a la tiranía, como son el miedo, el conformismo y la desesperanza. Pero ello dura mientras las condiciones de supervivencia del ser humano no se vean afectadas.
Cuando las necesidades fisiológicas mínimas sobre todo las de alimentación como lo plantea Maslow en la pirámide de su jerarquía de necesidades, por muy ignorante que se sea, el respaldo a la acción política del régimen gobernante deja de existir. Pero todavía le queda otro haz bajo la manga que la tiranía gobernante también ha venido cultivando desde sus inicios, como lo es la oratoria y formación política alienante, aquella que es capaz de impactar en mayor o menor medida la psiquis o estado de conciencia del individuo para que este construya una falsa realidad en su mente y asuma dicha fábula verdadera, produciendo una especie de pérdida de la personalidad o de la identidad de la persona o de un colectivo, para hacerlos esclavos ideológicos de la revolución.