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Con 278 metros cuadrados y unos 10 mil habitantes, El Hierro es la más pequeña de las Islas Canarias y, hace poco más de tres años, fue centro de atención vulcanológico al surgir frente a sus costas un volcán submarino. Pero mucho antes, la isla canaria ya se había convertido en un laboratorio para estudiar la posibilidad de conseguir el objetivo del cien por cien renovable, proyecto que promovió, entre otros, el que fuera presidente del Cabildo insular de El Hierro, Tomás Padrón.
Padrón, ingeniero de profesión, siempre soñó que su isla fuera pionera y ejemplo en el mundo de sostenibilidad. Él promovió la aprobación en 1997 de un plan de sostenibilidad que incluía la idea de una central hidroeólica, con capacidad para combinar una fuente de energía intermitente en la isla, el viento, con una constante y controlable como la hidráulica. De ahí surgió la Central Hidroeólica de Gorona del Viento, que demostró desde su puesta en marcha en junio de 2014, que la energía eólica puede almacenarse en forma de agua embalsada y gestionarse para aportarla a la red, en las mismas condiciones de seguridad y estabilidad que los sistemas convencionales.
El objetivo logrado el domingo 8 de agosto abrió un camino de esperanza para los sistemas aislados, donde las fuentes limpias, como el viento y el sol, presentan dificultades debido a su variabilidad e irregularidad. El Cabildo herreño es propietario del 66 por ciento de la empresa, seguido del 23 por ciento de Endesa y el 11 por ciento que se distribuye entre el gobierno regional y el Instituto Tecnológico de Canarias.
Más allá de los beneficios económicos y medioambientales, existe la firme propuesta de aprovechar otros beneficios indirectos que la Central Hidroeólica tiene para la isla. La presidenta actual del Cabildo de El Hierro, Belén Allende, se refiere tanto a la promoción internacional para atraer la llegada de turismo científico y formativo, como al poder añadir este innovador proyecto al paquete de atractivos turísticos con los que cuenta la isla. Para que de esta forma, los que visiten El Hierro atraídos por su filosofía de desarrollo, puedan entender, conocer y sentir cómo la isla más pequeña de Canarias ha logrado superar sus dificultades relacionadas con la dependencia del exterior.
Al cien por ciento
Gorona del Viento es la parte más importante de una estrategia global que marcó a la isla bajo el lema El Hierro, 100 % Energías Renovables, cuyo objetivo es introducir las fuentes limpias en todos los sectores en los que se requiere. La Central Hidroeólica podría abastecer una media anual de entre el 70 y el 80 por ciento de la electricidad, aunque se trabaja para alcanzar el cien por cien.
El consejero de Gorona del Viento, Juan Pedro Sánchez, explica que “la mayor producción de energía se refleja en momentos nocturnos, cuando la demanda de la población cae, lo que deja 13 gigavatios/hora de energía eólica sobrante al año”. Sánchez es partidario de adaptar los grandes consumos, que en su mayoría vienen de la producción y distribución de agua, a los picos de generación de energía.
Mucha más agua
La escasez de agua ha marcado la historia de El Hierro, pues de la extracción de pozos y galerías se pasó a la inclusión de los sistemas de desalación, una mayor garantía de suministro de agua, pero mayor dependencia de los combustibles fósiles. “Sin embargo algo cambió gracias a la puesta en marcha de la central, una crisis del petróleo ya no será motivo de sequías. Tenemos agua y viento, que no corren peligro de escasez, de subida de precios ni es causante de conflictos internacionales”, opina Sánchez.