El pueblo clama por la solución de este gravísimo problema, y por todos lados se observa la protesta justificada ante el abandono de la ciudad en materia de recolección de basura y del resto de las obligaciones del Gobierno municipal, pero no hay respuesta
Es un título muy feo para una ciudad que era catalogada como la segunda metrópolis del país, por ser la capital del estado que produce la mayor parte de las riquezas del país por su producción petrolera, ganadera y agrícola, pero es una lamentable verdad, gracias a un gobierno cuya característica principal es la desidia, la apatía, la indolencia, la incuria, en una sola palabra.
Maracaibo es un mosquero por los cuatro costados. Estos insectos que son portadores de todo tipo de enfermedades proliferan por todos lados. Y no puede ser para menos, cuando vemos las montañas de desechos domésticos en los frentes de las residencias, en los edificios de apartamentos, en las calles y avenidas de la ciudad.
El actual Gobierno municipal ya lleva un año en funciones, y el problema de la basura, que tanto utilizaron para criticar la gestión de la anterior alcaldesa, Eveling Trejo de Rosales, a quien sabotearon hasta más no poder desde la Gobernación del estado dirigida por Francisco Arias Cárdenas, nada ha hecho por buscarle solución. La ex alcaldesa ha sido reivindicada.
La gente desesperada apela a todo tipo de acciones para tratar de buscarle solución al problema, las cuales van desde la quema de los montones de basura, hasta botarlos en plenas calles como forma de llamar la atención de las autoridades, pero todo es en vano.
El alcalde continúa siendo un ilustre desconocido para el pueblo de Maracaibo. Igual que lo fue desde el mismo momento cuando fue impuesto como candidato por el partido de Gobierno.
El pueblo clama por la solución de este gravísimo problema, y por todos lados se observa la protesta justificada ante el abandono de la ciudad en materia de recolección de basura y del resto de las obligaciones del Gobierno municipal, pero no hay respuesta.
La basura acumulada en toda la ciudad, sobre todo en los exteriores de la mayoría de mercados, restaurantes y hasta hospitales, que ameritan un tratamiento especial por el tipo de desechos que allí se producen, la población teme que esto traiga mayores consecuencias que conlleven a provocar una epidemia o un brote de enfermedades que traen consecuencias muy graves para los ciudadanos que las contraen.
En nuestras casas son huéspedes indeseables. Si se anda por las calles, se siente el zumbido fastidioso de las moscas y si abres las puertas del vehículo, son las primeras en embarcarse
Maracaibo no se merece este título y menos en momentos cuando nos preparamos para las fiestas en honor a la patrona del Zulia, nuestra Virgen Chinita para recibir a quienes nos visitan en tan importante fecha.