La reconocida criminóloga y profesora universitaria fue electa por los zulianos para cumplir el período de 1994-1996, tiempo en el que eliminó “la recluta”, la Ley de Vagos y Maleantes y el uso de la peinilla en el estado
Desde hace años en la política venezolana se rompió el estigma de que solo los hombres pueden ejercer cargos públicos, y ya es común que las mujeres estén al frente de dichos puestos, incluso, ocupando cargos de lideresas o presidentas de partidos políticos.
No obstante, “Lolita” Aniyar, exdiputada de la Asamblea Legislativa del Zulia, exsenadora al Congreso Nacional, y exgobernadora del Zulia, fue la primera mujer en la historia de Venezuela en liderar un dirigir un estado, acabando con la hegemonía masculina en el poder nacional.
Lola Rebeca Aniyar Sananes de Castro fue una connotada abogada, criminóloga, profesora universitaria, escritora, investigadora, política y diplomática de prestigio internacional. Una mujer que, durante sus 78 años de vida, tuvo diversos reconocimientos en cada una de estas áreas.
A pesar de haber nacido en Caracas el 8 mayo de 1937, ella misma se consideraba como un marabina, ya que, según su hija Dinah Bromberg, en entrevista para el Diario La Verdad, “mi abuela la parió en Caracas por razones médicas, y de allí se regresó a Maracaibo”.
Aniyar, quien fue esposa del médico Simón Bromberg y, posteriormente, del poeta José Antonio Castro, obtuvo su primer cargo en la política como diputada de la Asamblea Legislativa del Zulia por el partido Unión Republicana Democrática (URD) en 1958, y fue senadora en el Congreso Nacional por el partido Movimiento Al Socialismo (MAS) de 1988 a 1993.
Según Bromberg, su madre fue motivada a participar en la política por invitación de su gran amigo y reconocido personaje, Luis Hómez. “Él fue el que la invitó a hacer una dupla, Luis Hómez diputado y Lolita al senado. Es en ese momento cuando ella se dedica a la comisión de salud y denuncia las tramas de corrupción en hospitales y en el Gobierno”.
“¿Y quién es Lolita?”
Desde finales del siglo XIX los gobernadores eran designados por el presidente de turno, esto terminó en 1989, cuando se realizaron las primeras elecciones regionales para gobernaciones en el país, cuya gestión sería ejercida durante 3 años con oportunidad de reelección para un segundo mandato.
Oswaldo Álvarez Paz ganó los primeros comicios de la Gobernación del Zulia para el período 1989-1992 y posteriormente fue reelecto para cumplir su segunda gestión. Sin embargo, el copeyano renunció a su cargo para lanzarse a la presidencial de 1993, la cual perdió contra Rafael Caldera.
Tras esta falta de poder en el estado se convocó a unas nuevas elecciones, en las cuales el MAS designó a Lolita como su abanderada, luego del fallecimiento de Hómez en 1990.
“Luis Hómez era nuestro candidato natural a la Gobernación y por su terrible cáncer sale del panorama político. El otro referente de honestidad y de seriedad en el partido fue Lolita”, planteó su hija, motivos por los cuales pudo ser seleccionada la marabina como candidata a la Gobernación.
Entre risas, recordó que el MAS le hizo un homenaje a su madre, una estrategia para darla a conocer con el fin de luego postular su candidatura. “Salíamos de noche a pegar afiches de mamá por la ciudad. Al otro día lo que se escuchaba en las calles era ‘¿Y quién es Lolita?’”.
Durante la campaña electoral, se corrió el rumor de que “Lolita no cree en la Chinita”, valiéndose de la religión judía impartida por sus padres, de descendencia marroquí, pero su hija explicó que “Lola no era judía practicante” y que “en la casa hubo arbolito y celebrábamos la Navidad”.
La marabina resultó ganadora en las elecciones de diciembre de 1993 ante Carmelo Contreras, de Acción Democrática (AD), y durante su gestión impuso el orden y el bienestar social, combatiendo también el excesivo abuso de poder en el Zulia por parte de las autoridades.
Política antiabusos
Para una mujer que nombró a sus hijos Dinah y Daniel, que en hebreo significan justicia, fue inaudito tolerar las acostumbradas depravaciones de la Policía y el excesivo uso de la fuerza que se ejercían en el estado, por lo que Aniyar, según su hija, “llegó con ganas de limpiar la casa”.
Durante sus 3 años de mandato regional eliminó el uso de la peinilla en los cuerpos de seguridad y se opuso rotundamente a permitir la Ley de Vagos y Maleantes y a la recluta militar obligatoria en el Zulia, por considerar que atentaban contra los derechos humanos.
Bromberg dijo que su madre “no era política”, pues su intención era “ayudar a los zulianos”, por lo que acabó con los costumbrismos burocráticos, cosa que “tocó muchos intereses y bolsillos” de personas con poder, perdiendo el apoyo de muchos.
“Lolita tuvo el Gobierno con menos recursos de la historia del Zulia, y aun así no te imaginas todo lo que se hizo y a cuánta gente se ayudó”, dijo la que fue designada por su madre como primera dama del Zulia, ayudando también en múltiples obras para las comunidades.
Tras el fin de su gestión en 1995 se lanzó a la reelección, pero perdió contra Francisco Arias Cárdenas, entregando el cargo en 1996, hecho al que le dedicó un capítulo en su libro Secretos de Estado y Familia, titulado “Receta para perder las elecciones si ya eras gobernadora”.
“No negocies con nadie tu conciencia. Ni con los poderes económicos ni con los medios de comunicación ni con los políticos (…) que puedan comprometer tu ética, pero que puedan hacerte más fácil la gestión de Gobierno”, expuso la propia autora.
Pero su rol en la política no terminó allí, ya que por el Proyecto de ley de asignaciones económicas especiales, actividades y proyectos culturales implementadas en su gestión, el entonces presidente Rafael Caldera la designó como embajadora en la Unesco y luego como cónsul general en Nueva Orleans, en Estados Unidos.
De izquierda, pero no de rojo
Pese a sus ideales socialistas y a votar por Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de 1998, hecho del que ella misma se arrepintió públicamente tiempo después, jamás estuvo de acuerdo con la “revolución del siglo XXI”.
“Lolita, en su momento, creyó en Chávez. Mamá votó por Chávez la primera vez, pero en el momento en que vio que su discurso y sus planteamientos cambiaron, se empezó a preocupar”, ya que la idea de socialismo que trajo el expresidente no eran las que prometió en campaña.
Esto ocasionó un dilema para la exgobernadora, por lo que dimitió de su cargo como cónsul en Estados Unidos. “José Vicente Rangel le pidió que se mantuviera en el cargo, pero ella le dijo que no podía seguir representando a ese Gobierno, porque no se identificaba”, confesó Bromberg.
Contó que “la gente pensaba que Lolita no era suficientemente roja”, ya que fue una mujer “que estuvo en contra del autoritarismo, del abuso del poder y de la centralización”, razones por las que abandonó “la idea de volver a cargos públicos”, pero jamás dejó la política” y continuó con sus libros, ensayos e investigaciones.
Honores como intelectual y como mujer
“Mamá siempre fue una mujer muy trabajadora”, con esa frase Dinah Bromberg recuerda a la mujer que se convirtió en precursora de la criminología en Venezuela y Latinoamérica, siendo, durante 15 años, directora del Instituto de Criminología de la Universidad del Zulia (LUZ), el cual lleva hoy el nombre de Dra. Lolita Aniyar de Castro.
Reconocida mundialmente por sus aportes científicos y literarios en este campo, fundadora del Grupo Latinoamericano de Criminología Crítica y en 1974 fue Miembro del Jurado del Instituto Internacional de Criminología de Estocolmo, el mayor reconocimiento internacional en su disciplina.
Fue una persona que, pese a criarse en una sociedad venezolana por sus costumbres marroquíes impartidas por sus padres, hizo suyas las tradiciones regionales, pero sin olvidar sus raíces marroquíes, destacándose siempre que podía en la cocina con platillos típicos de la nación de sus ancestros para deleitar a amigos, familiares y allegados.
Siempre crítica del opresor y defensora del oprimido, quien pasó por la política y no dejó que el sistema la pisoteara, comprara o corrompiera, defendiendo la Constitución hasta su último respiro en este mundo.
Su muerte ocurrió el 7 de diciembre de 2015 debido a un infarto, horas después de ejercer su voto en las elecciones parlamentarias de ese año, en las que la oposición lograba hacerse con la mayoría de los curules de la Asamblea Nacional, y por la que ella votó, según su hija, conociendo los resultados de la victoria justo antes de fallecer.
Un ejemplo de mujer luchadora, de marabina ejemplar, de erudita y algo de poeta, de política intachable y corazón sensible, con “Guante de Terciopelo”, como su libro lo indica, pero con un temple de acero cuando la situación lo ameritaba, así fue Lola Aniyar de Castro, la primera gobernadora electa en la historia de Venezuela.
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