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Hoy se celebra el día de lo que Gabriel García Márquez describió como “el mejor oficio del mundo”: El periodismo. Servidores públicos que buscan todos los días responder qué, quién, dónde, cuándo, cómo y el por qué de lo que sucede en el mundo que nos rodea.
El diario La Verdad enaltece a su talento humano que muestra el acontecer regional y nacional con tesón, humildad, responsabilidad y honestidad. Personas comunes y corrientes que aunque se codean con personalidades del estado, también son padres, andan en transporte público, ríen y se encomiendan a Papá Dios al salir de casa.
A continuación los periodistas y fotógrafos galardonados con el premio regional y municipal de periodismo y menciones honoríficas.
José González, 16 meses en el diario La Verdad
Periodista de Sucesos
Premio Mención Honorífica Sergio Antillano de la Alcaldía de Maracaibo
Para José tener un carnet de periodista no significa tener una capa de superhéroe, al contrario significa tener la inmensa responsabilidad de contar con la verdad absoluta de lo que acontece en los hechos punibles de la ciudad. Para el redactor de la fuente de Sucesos ser periodista en Maracaibo es “un trajín” y aunque otros lo vean como privilegiado también se monta en carrito por puesto. Sueña con llegar a la redacción y no tener malas noticias que escribir. “La clave es el entusiasmo, una buena actitud aunque haya sol, dificultades o tráfico, siempre con una sonrisa. No me quedaría callado nunca, siempre voy a contar lo que vi, no lo que me cuentan”.
Carlos Sosa, 10 años en el diario La Verdad
Coordinador de Fotografía
Premio municipal Olimpíades Linares Rivas y Premio Regional Arturo Botaro
Llevar sobre sus hombros la responsabilidad de conducir y equilibrar su equipo de fotografía, es definido por Sosa como una gran tarea. Cree que la entrega y el entusiasmo son la clave del éxito. Sosa también es papá, por eso administra su tiempo alargando las horas. “Me levanto a las 4.00 de la mañana para rendir, dejar a los chamos en el colegio, y así poder llegar temprano a la oficina”.
Su equipo trabaja en función de mostrarle al lector a través de un clic lo que no se dijo, una fotografía de Carlos debe tener expresión y sensibilidad. “Para tener una buena foto tenemos que arriesgar un poco más de lo necesario”.
Su secreto para realizar un buen trabajo, durante su carrera, es su familia. “Lo que me motiva es que cada vez que llego a mi casa están mis hijos, mi familia esperándome para ver cómo me fue en el día”. Su compromiso es dar lo mejor de sí, nunca darle paso a la censura y arriesgar lo que sea necesario por la imagen.
Audrey Vera, nueve años en el diario La Verdad
Editora de la Web
Premio Municipal de Periodismo Cultural Marlene Nava
Combina el periodismo con ser mamá de Vanessa, traductora de textos, transcriptora y la cocina. “Gracias a Dios y a La Chinita que todo lo que me pregunta Vanessa todo lo sé, y me dice: ‘mami tú si sabes’”. Audrey sale a la calle encomendada a Papá Dios y dice que de un tiempo para acá también le reza a la Hermana Francisca. Está segura que ser periodista no la hace distinta, al contrario, “somos iguales, somos personas de carne y hueso”.
Precisa que “las armas del periodista son su cámara, la libreta y el bolígrafo, yo creo que mientras tengamos esas armas nos va a bastar para defender nuestros derechos y el de los demás. No haría nunca nada que no dignifique mi carrera, no mentiría, uno tienen que ser honesto, humilde y verdadero”.
El buen humor es su característica, aunque ella misma lo defina como “negro”, pero también admite que no todos los días se levanta con una sonrisa. “Los amigos más cercanos saben que yo sufro de mal humor, pero la mayoría del tiempo tengo buen humor, es mi forma de sobrellevar, soportar, sobrevivir ante los problemas de la vida diaria”
Cristi De Matos, 15 años en La Verdad
Gerente de Diseño
Premio del Concejo Municipal en Edición Periodística
Para la diseñadora responsable de la primera página de La Verdad durante 10 años, su trabajo es divertido porque es “un batallar día a día. Y es que cuando sales a la calle y ves un ejemplar que alguien lo está disfrutando, que lo lee con pasión y lo comenta es algo que te satisface enormemente y ves a una persona que compra el diario tu dices ese producto lo diseñe yo, lo ayude a editar, es algo que te llena enormemente”.
La clave de Cristi es el deseo de superación, es no ponerse un freno, no ponerse límites. “Esto es una profesión que día a día va cambiando y todos lo debemos entender, hay que complementar y montarse en esa ola”. Comprometida responsablemente con su profesión asegura que nunca se cruzaría de brazos y “decir amén a lo que otro dice. El periodismo es mi pasión, al que le puedo dedicar hasta 20 horas al día y no me agota”.
Norge Boscán, 10 años dentro del Diario La verdad
Premio Municipal de Periodismo Marlene Nava, Concejo Municipal Teófilo Rojas y Eduardo López Rivas
Fotógrafo y videógrafo
“La situación del país para todos es igual, aquí no hay negros y blancos, todos somos iguales, igual salgo con miedo por la inseguridad, salgo a buscar comida, medicinas que no se consiguen. Salgo con la mejor actitud y con una sonrisa”. Desde los 10 años hace fotografía y define su carrera con entrega. Para Norge, un periodista es un guerrero porque hace lo mejor con carisma y busca en sus recursos lo que sea para darle voz a los necesitados.
“Nunca haría una foto por hacerla, todas las fotografías deben tener una intención, un concepto, sentimiento y hacerle llegar al lector un mensaje, haría todo lo que está en mí para que eso se dé, para que ese discurso pueda llegar de la mejor forma y pueda mover corazones”. Está claro, jamás retrataría algo que vaya contra sus principios.
El comunicador social confiesa que le reza a Cristo, dice que esa es su fortaleza y luego su madre que lo espera en casa cada noche para compartir el día. “El día a día es sobrellevar el tiempo que pasamos aquí en La Verdad y en el hogar”.
Tarquino Díaz, 18 años en el diario La Verdad
Orden San Sebastián en su Primera Clase
Subcoordinador de Fotografía
Pasa más tiempo en el periódico que en casa y aunque su llegada a casa es muy tarde en la noche, la mañana es precisa para compartir con su familia la jornada anterior. Su pasión es retratar a las comunidades, para él no hay nada más satisfactorio que ayudar a través del lente a resolver un problema.
“He pasado en múltiples veces por violaciones de derechos humanos durante mi trabajo, pero el compromiso no se rompe aunque nos maltraten o nos destrocen los equipos. Aquí seguimos de pie”. Pasar de la fotografía de revelado a la fotografía digital ha sido todo un reto, pero también reconfortante. Dice que nunca perdería la honestidad.
“A veces me vengo en buses guindando de la ventanas, a veces creen que por ganarse un reconocimiento o salir todos los días en el periódico es algo especial, pero somos un trabajador más. Me encomiendo a Dios cada vez que salgo”
Nataly Angulo, 10 años en La Verdad
Condecoración Orden San Sebastián en su Segunda Clase
Editora de Política y Economía
Su motivación es el milagro que con los ojos llenos de lágrimas le agradece a La Chinita: su bebé, Carlos Daniel. Se levanta a las 6.00 de la mañana a preparar tetero y después de cinco carros por puesto llega a La Verdad a cumplir con su jornada por la que se apasiona y aclara: “Somos igual que el resto, muchos nos ven lejos o creen que nosotros no padecemos problemas, pero somos iguales”.
Sus días libres son para su motivo de vida, su hijo de casi dos años, y mientras trabaja trata de estar presente vía telefónica al menos cinco veces al día. Para Nataly, trabajar para un medio que no puede acceder libremente al papel, es una violación de su derecho a informar. “Tenemos tantas cosas que decir, tantas cosas que necesita saber la gente”. Por eso su compromiso se renueva todos los días, “haría todo lo que esté a mi alcance para informar, y jamás mentiría y a mí que no me censuren. Yo no me quedaría callada”.
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