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El precio del dólar paralelo se disparó 46 por ciento solo en noviembre, luego de mantenerse estable desde marzo hasta octubre. Una situación que Luis Vicente León, presidente de la consultora Datanálisis considera “perfectamente previsible” pues a su juicio, la variable marcadora es la desconfianza, un factor que solo ha empeorado.
“Con aumento de liquidez, incremento de la demanda de divisas negras para importación e inflación desbordada pasa lo obvio: devaluación”, asegura León en su cuenta en Twitter. Esto, acompañado de un mercado que no ve seguro un cambio de modelo económico y por tanto, no espera mejora en el flujo de divisas, promete la estabilidad del dólar solo a través de un milagro.
Aun cuando se efectúan importaciones tomando en consideración la cotización negra, estos productos son más caros en el mercado interno que en el internacional. El analista explica que esto se debe a que los empresarios que han importado mercancías con sus propios dólares y valorando en la divisa paralela, pierde dinero y experimenta problemas de reposición.
“Cuando importador usó sus dólares para traer mercancías y las vendió en bolívares incluso con protección de 100 por ciento al tipo de cambio, perdió dinero. Y ahora ese importador tiene bolívares producto de sus ventas con pérdidas y no consigue divisas ni a los nuevos niveles devaluados. Está preso”, argumenta.
El presidente de Datanálisis considera que no hay que ser muy perspicaz para entender que los niveles de escasez se dispararán, teniendo en consideración la adición del control de precios de los bienes importados.
“No se puede garantizar abastecimiento estable sin abrir el mercado cambiario, sincerar la moneda y estimular la producción interna. La estrategia de control e intervencionismo ha sido demoledora para la economía venezolana y mientras más dura… más destruye”.