¡Maracaibo, renacerás!

Frente a este nuevo año que cumple nuestra ciudad es fundamental analizar lo que somos para compararlo con lo que queremos ser

Hubo una ciudad en la cual los hombres leían y discutían de política y deportes en fuentes de soda, plazas y esquinas. Era la ciudad de gaiteros improvisados, de niños elevando petacas, siempre riendo mientras daban vueltas patinando entre caimaneras de béisbol con pelota de mano; era una ciudad alegre, colorida, musical. Las mujeres rezaban y cuidaban a los niños y ancianos, sentadas en las floridas calles llenas de alegría de nuestra ciudad, rodeadas de familias que progresaban con esfuerzo y el sudor de su trabajo. Esa Maracaibo irradiaba futuro, grandeza, prosperidad.

La Maracaibo que vive hoy en nuestros recuerdos parece haber quedado muy atrás. Las petacas se precipitaron a tierra, la música perdió los parlantes de la alegría, los caminantes ya no pueden andar por las plazas y el lechero dejó de pasar anunciando el día. Esa Maracaibo amable, optimista, laboriosa y progresista parece haberse apagado ante tanto olvido y desidia.

Los aniversarios también sirven para reflexionar más cuando no todo es fiesta. Frente a este nuevo año que cumple nuestra ciudad es fundamental analizar lo que somos para compararlo con lo que queremos ser.  De la ciudad próspera, colorida, culta y progresista que fuimos, parece que hoy sólo sobreviven nostálgicos recuerdos. 

A Maracaibo se llegaba en barco cruzando su majestuoso Lago, y en sus riberas las familias marabinas disfrutaban de sus cálidas aguas. Hoy ese Lago de aguas cristalinas lo ahoga la indiferencia de quienes solo lo explotan y no lo cuidan. A mi ciudad la azotan los males de la merma, la incompetencia y la invasión; la merma de la actividad petrolera y comercial, la merma de la inútil expropiación de empresas, la incompetencia de organismos que nos obligan a morir de sed frente al reservorio de agua dulce más grande de Suramérica, a mantener nuestras calles sucias por el fracaso de la recolección de basura, a estar a oscuras condenados al reinado de la inseguridad y la violencia.

¿Dónde está la Maracaibo progresista, de comerciantes, universitarios, científicos, deportistas y artistas? ¿Dónde está la gaita protesta que levanta la moral de la ciudad? ¿Dónde están los valores de amistad, confianza y respeto que siempre tuvimos? Están en cada uno de nosotros; los llevamos en el alma porque somos marabinos, solo que están reprimidos por esta situación que no merecemos. Es urgente un cambio de rumbo. Es hora de volver a recorrer la senda del bienestar, de la riqueza compartida, del optimismo y el orgullo de ser un buen ciudadano.  

Desde la Ucez, hacemos nuestra parte dignificando y protegiendo al pequeño y mediano comerciante, ejemplo de virtud, emprendimiento, disciplina y trabajo constante. Feliz cumpleaños Maracaibo, nuestro mejor regalo para ti, será un mejor futuro.

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