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El nuevo padre General de los jesuitas, el llamado “papa negro”, el venezolano Arturo Sosa Abascal, explicó hoy que ni el Gobierno ni la oposición “tienen un plan” para resolver la actual situación en Venezuela.
Así lo afirmó en su primera rueda de prensa el nuevo superior de la Compañía de Jesús, elegido el pasado 14 de octubre en la 36 Congregación General, nacido en Caracas el 12 de noviembre de 1948 y que vivió en este país hasta hace dos años.
Sosa explicó que como politólogo ha dedicado la mayor parte de su vida “a comprender el proceso sociopolítico venezolano y el papel de la Iglesia en él”.
“La situación en Venezuela es muy difícil de explicar a quien no vive allá”, aseguró en rueda de prensa el primer no europeo y latinoamericano, al igual que el papa Francisco, también jesuita, elegido Superior de la Compañía.
El padre General agregó que como profesor universitario y analista político siempre ha reiterado “como una letanía” que “no se entiende lo que pasa en Venezuela si no se entiende que el país vive de la renta petrolera y que la administra con exclusividad el Estado”.
“Esto supone que se haga muy cuesta arriba la formación de una sociedad democrática. El Estado tiene que estar subordinado a los ciudadanos porque son ellos quienes mantienen el Estado, pero (en el caso de Venezuela) es el Estado quien mantiene la sociedad y esto hace muy difícil la creación de un Estado democrático”, explicó.
Añadió que este es el “modelo rentista” que “ha encabezado el comandante Chávez y que ha seguido Nicolás Maduro” y que “no se sostiene” ante un país que ha crecido enormemente y “es un gigante”.
Concluyó que “lo mismo ocurre en la oposición venezolana, que tampoco tiene un proyecto rentista diferente, que es lo que se necesitaría para salir a largo plazo de esta situación en la que está el país”.
Sosa insistió en la necesidad de “construir puentes” entre todos como pide la sociedad venezolana porque “nadie quiere más la violencia que existe en el país”.
Sobre la misión principal de los jesuitas, Sosa afirmó que en esta última congregación se destacó la importancia de llevar “reconciliación” ante los conflictos como el de Venezuela, o a países con guerras como Siria o Irak u otros conflictos olvidados.
El nuevo padre General, cuyos abuelos eran de Santander, en España, demostró su sentido del humor cuando le preguntaron sobre si le gustaba que le llamasen “papa negro”.
“No, no me gusta”, dijo riendo Sosa, que explicó que la vocación de los jesuitas es la del servicio, y la del servicio al papa.
El Superior de los jesuitas es llamado “papa negro” por la importancia de esta orden, por el color de su traje y como recordó hoy Sosa porque el cargo del responsable se elige en un “cónclave” secreto y es vitalicio, aunque los últimos tres Superiores renunciaron por motivos de edad.
Se dijo “muy sorprendido” por su elección, pero aseguró que está “tranquilo” y que siente “que necesitará mucha ayuda” de Jesús y de sus compañeros.
Sosa Abascal sustituye al español Adolfo Nicolás, que como explicó hoy el nuevo Superior volverá a Filipinas para ser padre espiritual en una universidad en Manila.
Aunque tras su elección aún no ha podido hablar personalmente con el papa Francisco, sólo recibió una llamada de felicitación tras su elección, Sosa relató que conoció a Jorge Bergoglio en la primera congregación en la que participó en 1983 y después coincidieron en otras ocasiones en Buenos Aires.