El Gobierno de EEUU impuso sanciones por corrupción y represión violenta, a una lista de funcionarios vinculados al régimen de Maduro, considerados cabecillas del crimen organizado. La lista de funcionarios y exfuncionarios incluye al mismo Maduro y al vicepresidente Tareck El Aissami
Maduro está nervioso… se le nota, sabe que el mundo no reconocerá las elecciones ilegítimas que convocó. Como todo dictador nada detiene su proyecto totalitario, sin embargo, está obligado a medir las consecuencias y a calcular lo que vendrá después.
Estratégicamente busca darle visos legales a algo que nace viciado desde su convocatoria. No bastan una falsa institución como la Constituyente, repudiada por la comunidad internacional ni la pantomima de las rectoras del CNE, para lavarle la cara de dictador.
Lo que Maduro quiere ignorar es que el problema no es solamente electoral ni la necesidad de contar con unos oportunistas que, financiados con divisas que se niegan a hospitales y a productores de alimentos, le permitan el simulacro democrático.
El problema con el chavismo es más profundo, la comunidad internacional los sanciona por causas bien determinadas. El Gobierno de EEUU impuso sanciones por corrupción y represión violenta a una lista de funcionarios vinculados al régimen de Maduro, considerados cabecillas del crimen organizado.
La lista de funcionarios y exfuncionarios incluye al mismo Maduro y al vicepresidente Tareck El Aissami. A ocho miembros del TSJ, por obstruir el funcionamiento legal de la AN; a las rectoras del CNE, alcahuetas de las violaciones del sistema electoral.
Otros agentes bolivarianos incluidos son miembros de la ilegítima Asamblea Constituyente, el exembajador en Italia, Isaías Rodríguez; Ernesto Villegas, recién nombrado ministro de Cultura de Venezuela, y el inefable Freddy Bernal, ministro de Agricultura Urbana.
A estas “joyitas” súmele a Adán Chávez, hermano del galáctico; Ameliach, Escarrá, Érika Farías, Carmen Meléndez, Vladimir Lugo y Darío Vivas. Además de los delitos cometidos, personifican el desprecio del régimen, que impiden que vuelva a Venezuela una democracia pacífica y próspera.
Por su parte los 28 miembros de la Unión Europea incluyeron en sus sanciones a Diosdado Cabello; al ministro de Interiores, Reverol, y al presidente del TSJ chavista, Maikel Moreno; al jefe del Sebin, González López; a Tibisay Lucena; al excomandante de la Guardia Nacional, Benavides Torres y al fiscal ilegítimo Tareck Saab. Fueron acusados de violar los derechos humanos de la población venezolana y de desmantelar su democracia.
Con el chavismo, vivir en Venezuela es una manera de morir… ante tanta tragedia, la salida negociada sería una solución ideal, pero con la dictadura bolivariana… la intervención humanitaria, se perfila como la única solución.