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La residencia de los Acosta permanece cerrada. Tienen miedo que los parientes de Javier José Rodríguez Bozo vayan a matarlos a todos. La disputa entre las familias comenzó luego de que Jhonny Antonio Acosta Parra, de 53 años, le pidiera a su vecino que no disparara al aire, en el barrio Villa Clara, su hijo jugueteaba frente a su casa.}
"El tipo se molestó y comenzó a disparar. Mi esposo recibió un disparo en la pierna, él trató de meterse y nosotros lo auxiliamos", detalló, en la morgue forense, la esposa de la víctima.
A Rodríguez no le bastó herirlo. Bajó el cerro, entró a la fuerza en la vivienda de su vecino y al ver que le cerraron la puerta, metió la mano por la ventana y disparó por segunda vez contra Acosta. El proyectil le atravesó la espalda y quedó inconsciente, detallaron los testigos.
El homicida regresaba a su casa cuando se topó de frente con el hijo mayor de su víctima en la vía y le gritó: “Pa' donde vais vos. Metete pa'llá si no queréis que te mate a vos también”. El muchacho quería buscar ayuda para su padre y desestimó la advertencia.
"Javier sacó unos cuchillos y atacó a mi hijo, lo apuñaló varias veces, estaba muy drogado". Luego desapareció.
Muerte y búsqueda
Mientras el asesino huía hacia la avenida El Milagro, los Acosta cargaron a Jhonny, lo montaron en un carro y lo trasladaron al Hospital Central de Maracaibo, donde ingresó, el pasado viernes a las 10.00 de la noche, sin signos vitales.
Los vecinos se hicieron cargo del puñaleado, lo llevaron hasta un centro médico más cercano, donde lo estabilizaron. "Afortunadamente las heridas no fueron profundas ni tocaron órganos".
El crimen de Rodríguez no quedó impune. Los funcionarios de Polimaracaibo y la Policía científica lo rastrearon por una hora por la parroquia Olegario Villalobos. Lo encontraron deambulando por una estación de servicio, en la avenida 2 El Milagro, y tras una breve balacera lo liquidaron.
Los Acosta solicitan protección. Mientras tramitaban ayer la entrega del cadáver del vigilante, un cuñado de Javier llegó armado para amenazarlos. La viuda y sus hijos están desprotegidos.