¿Siempre al final está el FMI y el BM?

El gran reto será corregir el rumbo económico bajo un esquema en el que el efecto negativo sobre la población en general pueda revertirse con rapidez

Venezuela se encuentra en pleno proceso de transición desde hace dos años. Todos los síntomas dan cuenta del final de una etapa, y aunque en el corto plazo es incierto el desenlace, el final es más predecible de lo que muchos creen. La conversación de esta semana entre Lorenzo Mendoza, arquetipo de un empresario latinoamericano, y Ricardo Hausmann, a su vez representante del académico con alto perfil técnico, aparece como un símbolo que recuerda los acuerdos tácitos suscritos entre las distintas élites de poder en varios países de América Latina para lograr un mínimo de funcionamiento en sus respectivos sistemas políticos.

El Chile de Pinochet, como el Perú de Fujimori, en cierta medida el Ecuador de Mahuad, son versiones de la misma historia. Países que tenían elevados niveles de inflación, déficit fiscales profundos, varios tipos de cambio, y otros desequilibrios macroeconómicos, que al final tuvieron que hacer ajustes severos en sus economías. Como dijo en una entrevista Julio Velarde, actual Presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCR) y uno de los protagonistas del “Fujishock” (plan de ajuste macroeconómico emprendido por el en aquel entonces Presidente Alberto Fujimori): “Cuando hay una crisis, en el último nivel y el más alto, las cosas las resuelven el Ministro de Economía y el Presidente del BCR en un cuarto, a solas”.

La crisis venezolana será resuelta en el plano económico, ese será el desenlace de esta historia. Lo que se desconoce aún es quiénes serán sus protagonistas. Hay quienes han hecho sus apuestas y se encuentran en movimiento, algunos tratando de resolver el desajuste actual dentro de los límites que le permite el modelo vigente, otros apuntando a simplemente ser una cara nueva para un modelo viejo, y tal vez algunos otros menos visibles estarán en la primera plana cuando llegue la hora del ajuste. 

Por lo pronto veremos desfilar a muchos políticos, quienes haciendo cálculos infinitos buscan mantener su cabeza a flote en un torbellino social y político que amenaza con arrastrar a quien no cuente con poder suficiente para estar sentado en la mesa a la hora del acuerdo. Todo se vale, y ninguna acción política es inocente, menos en estos tiempos de cambios y acomodos. Es probable que se vean alianzas inesperadas, además de otras insospechadas que seguramente se están tejiendo a escondidas.

Mientras tanto el pueblo se encuentra a la deriva, tratando de sobrevivir, sin sospechar que lo más difícil está por venir. Todos los países que han tenido que enfrentarse a ajustes económicos severos han tenido como víctimas inmediatas a las clases populares, quienes aunque a la larga logran en alguna medida mejorar su situación, quedan con la sensación de haber sido golpeados duramente. El gran reto será corregir el rumbo económico bajo un esquema en el que el efecto negativo sobre la población en general pueda revertirse con rapidez, para luego pasar a la fase más difícil, y en la que muchos países de la región aún tienen deudas pendientes, el crecimiento con equidad.  

Visited 1 times, 1 visit(s) today