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Los márgenes de ganancias no convencen a algunas cadenas de supermercados que aún dudan recibir inventarios de productos colombianos. Se surten de lo “poco que llega” de la industria venezolana, confirman los encargados de las tiendas en anonimato a La Verdad por no estar autorizados para declarar.
En Zulia, dos redes privadas evalúan hasta la última posibilidad de abastecerse con importaciones. En los anaqueles retornan artículos de limpieza del hogar que ocultan la escasez de productos alimenticios y de aseo personal.
“Hace dos semanas nos llegó un poquito de harina. Se vendió rápido. Ahora tenemos café (premiun) y otras marcas”, precisa la responsable de tienda. Las colas desaparecieron. “No hay productos regulados para verle a los clientes”.
En los mercados con exhibición importada de Colombia conocen que existen limitaciones en las ventas por la incapacidad de los consumidores de cubrir los precios, dada la caída del poder adquisitivo. Ludin Ramírez, comprador, niega la posibilidad de abasto. “No tengo cómo comprar. Necesitaría hasta tres trabajos para lograr tener azúcar, arroz y aceite colombiano”.
Según datos oficiales, al estado ingresan más de 300 camiones cargados con alimentos, artículos de aseo personal y rubros variados desde la frontera colombiana. Más de cinco mil toneladas en promedio diario. La movilización se realiza con unidades de 350, cuya aproximación de peso es de cinco mil kilos, de 600 con 10 mil kilos y de 750 sobre 14 mil kilos, además de gandolas con cargas que rondan las 30 mil toneladas.
Los precios de los alimentos superan los mil bolívares por la reconversión a peso colombiano. El kilo de azúcar está a mil 600 bolívares, similar está el de harina de maíz precocida, el litro de aceite sobre los dos mil 500 bolívares, la harina de trigo está a mil 800, los 200 gramos de pasta a 450 bolívares.
Marta Nava, consumidora, cuestiona la diversidad de marcas importadas que dejan en rezago a la producción nacional. “Si Venezuela tiene cómo producir, por qué todavía seguimos importando. Los productos tienen precios más caros que los de nosotros”.