
Luis
Sería un personaje como Tamara, lleno de fuerza, que despierte polémica, fuera de lo común y que representara un reto actoral para su intérprete, el que traería de vuelta a la pantalla grande a Luis Fernández. El actor venezolano se muestra nuevamente al público inmerso en el cuerpo de una mujer. Pero este no es uno más de esos papales en los que se ha vestido de mujer, no; esta es la interpretación que ha marcado la vida personal y profesional del hombre detrás del personaje de Tamara Adrián, la primera diputada transgénero en Venezuela y América Latina. “Desde hace más de una década busco hacer personajes profundos y de psique compleja que me reten como actor. Este es mi trabajo más vulnerable. Creo que me he ido preparando para enfrentar una responsabilidad como esta. Para mí es un hito por el tamaño del reto y por mi autoexigencia de hacerle justicia a un personaje que amo y admiro”.
La película, que llegó a las salas de cine del país el pasado viernes, puso nuevamente sobre el tapete el debate sobre la diversidad sexual en la sociedad. En un fin de semana en que espectadores aplaudieron lo complejo y reflexivo de la historia, otros repudiaron la trama que trae al escarnio público el flagelo. Ante las reacciones, el protagonista del filme destacó: “Me gusta creer que mis trabajos proponen preguntas de difícil respuesta y que generan un debate racional. Con Tamara me siento honrado de prestar mi ejercicio profesional a hacer de este un tema protagónico en la conversación diaria”. Sobre su opinión ante el hecho y el tema central de la cinta, el artista simplificó: “No son importantes nuestras posturas individuales ni nuestras opiniones personales sobre la transexualidad, pero sí es crucial el respeto a un colectivo que merece los mismos derechos”.
Antes y después de Tamara
En una experiencia de vida que describe como “demoledora” y que lo dejó “emocionalmente drenado, pero satisfecho”, Luis afirma que “Tamara es, sin duda, el reto más difícil de mi carrera actoral hasta el momento, por los niveles de profundidad de la historia y el minucioso camino emocional en el que nos enrumba la directora”. Indicó que lo más difícil de interpretar a este personaje fue “que la gente no percibiera en ella a un hombre que se viste de mujer, sino a una mujer atrapada en el físico de un hombre. Esa diferencia es fundamental y requirió un trabajo interno muy arduo y complicado”.
El actor agregó que no es sólo un defensor de la diversidad sexual, sino “de la diversidad en general. Creo que nada me aterra más que una sociedad fundamentalista en la que todos deben pensar igual. Siempre seré un opositor de toda radicalidad y todos los dogmáticos y fanáticos encontrarán en mí a un enemigo”. En relación al tema en Venezuela y el mundo, opinó: “No podemos evolucionar si no enfrentamos el fundamentalismo religioso e ideológico y celebramos la diversidad como la mejor vía para progresar en respeto y guiados siempre por la razón”.
De la ficción a la vida real
El actor confesó que Tamara representa una parte de su vida como admirador de la mujer y defensor de la igualdad de género. “Tamara, la de la película, es la mujer que yo hubiera sido si esa fuera mi identidad de género. Tamara, la de la vida real, es una mujer que admiro profundamente y que está sentando un precedente histórico en la evolución de la conciencia colectiva. Yo estoy muy orgulloso de ser parte de todo este movimiento”.
Aunque actualmente sus trabajos son, en la mayoría de los casos, detrás de las cámaras, Luis indicó que “siempre que lleguen a mí personajes con estas dimensiones, yo estaré listo y más que dispuesto a embarcarme en el arduo pero gratificante proceso de darles vida”.
Actualmente Luis Fernández está en el desarrollo de El Sexo Sentido, la serie para televisión que escribe y dirige.