Los inmigrantes venezolanos que se mudan a sur de Chicago, en Estados Unidos, llaman la atención de las pandillas de la ciudad y algunos temen una inminente guerra territorial entre estas y el “Tren de Aragua”.
“Cuando las pandillas negras aquí se harten de las ilegalidades y actividades criminales de estos inmigrantes, la ciudad de Chicago arderá en llamas y no habrá nada que la Guardia Nacional o el gobierno puedan hacer al respecto cuando el derramamiento de sangre llegará a las calles. Serán los negros contra los inmigrantes”, dijo Tyrone Muhammad, un exgángster de Chicago que cumplió 20 años de prisión y ahora dirige un programa de prevención de la violencia, en un informe para el New York Post.
Los comentarios se producen cuando Chicago ha visto una afluencia de inmigrantes venezolanos, según el informe, incluidos miembros de la reconocida banda criminal.
Con la llegada se produjo un aumento de la delincuencia, dijeron los lugareños al New York Post.
“Han pasado muchas cosas (con la banda de inmigrantes) de las que nadie se ha enterado”, dijo Zacc Massie, un miembro de una pandilla local.
“Se mueven en nuestro propio territorio y roban a la gente, pero no los arrestan como a nosotros. De hecho, hablé con uno a través de la aplicación del traductor. Me contó todas las cosas que le estaban pasando; cómo le ayudaron a conseguir un coche, un apartamento, una tarjeta (EBT), todo eso. Les dan miles y nosotros recibimos tal vez 400 dólares al mes ¡Y ni siquiera tienen números de Seguro Social!”.
Fuentes de las pandillas de Chicago dijeron al New York Post que los miembros de la pandilla de origen venezolana a menudo están fuertemente armados y comenzaron a invadir áreas tradicionalmente controladas por los locales.
Corey Rogers, miembro de una pandilla local, señaló que a menudo se ve a los gánsteres venezolanos “mostrando la bandera”, un término del argot para blandir sus armas de fuego. También mostró los hilos de texto del medio que mostraban a miembros de pandillas locales amenazando con guerras territoriales con los gánsteres recién llegados.
“Lo que me molesta es que los venezolanos estén unidos”, dijo Rogers. “Las bandas negras están demasiado divididas y se derrotan entre sí”.
Otros compartieron preocupaciones sobre la posibilidad de un aumento de la violencia y le dijeron al New York Post que las cosas en realidad habían mejorado en la ciudad antes de la afluencia de inmigrantes.
“Aquí abajo todavía hay violencia, pero se ha calmado mucho”, aseguró un miembro de la pandilla al medio. “Antes nos disparaban si íbamos allí. Se ha calmado mucho. Lo último que necesitamos son los venezolanos”.
Fuente: Fox Chicago 32
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septiembre 17, 2024
