Bandas de Baralt saquean haciendas

El poco patrullaje en la zonas rurales favorece a los delincuentes (Foto: Yu00e9ssica Gonzu00e1lez)

A diario cerca de tres mil productores agropecuarios que hacen vida en el municipio Baralt se convierten en víctimas del hampa organizada. El robo a la propiedad, extorsión, pago de vacuna, robo de reses y secuestro exprés son los delitos que engrosan la larga lista de amenazas en contra de los hacendados

A diario cerca de tres mil productores agropecuarios que hacen vida en el municipio Baralt se convierten en víctimas del hampa organizada. El robo a la propiedad, extorsión, pago de vacuna, robo de reses y secuestro exprés son los delitos que engrosan la larga lista de amenazas en contra de los hacendados. 

Las estadísticas manejadas por la Policía regional, Polibaralt y Guardia Nacional no reflejan la realidad. Pese a un repunte de hasta cinco a siete denuncias por semana, los representantes del gremio ganadero señalan que esto es solo una parte de la situación. El miedo por las constantes amenazas de muerte por “sapo” les impide denunciar y manejar el número real.

 “Es a diario. En los últimos años la inseguridad nos ha arrebatado hasta la forma de vivir. Entran a las casas, se llevan todo lo que pueden o te montan alcabalas y te quitan el carro para luego pedir rescate. Te llaman y te piden vacuna. Ya no sabemos qué hacer. Tenemos miedo”, dijo Freddy Arrias, miembro de la Asociación de Ganaderos del municipio.

Las fincas más vulnerables son las ubicadas en las parroquias General Urdaneta, Marcelino Briceño y Libertador, conocidas como zonas rojas, donde el hampa trabaja de manera organizada en contra de los pequeños, medianos y grandes productores. 

Sigilosos

Los delincuentes vigilan sus rutinas, la hora que entran y salen, estudian al grupo familiar, los encargados de la finca y sus empleados.  

“No desperdician ningún detalle para meterte terror, amenazan para quitarnos lo que con tanto esfuerzo nos hemos ganado. Se meten en horas de la madrugada, nos amarran y hacen desastre. Se llevan todo lo que encuentran. Lo peor es que los policías después no hacen nada”, denunció José Antonio Bermúdez, hacendado del sector El Tigre, a quien asaltaron a inicios de junio. 

A Bermúdez, un trío de delincuentes lo interceptó en la carretera y le quitó el vehículo. También le han saqueado las siembras, las reses y lo llaman para extorsionarlo.  

“Queremos que implementen un patrullaje constantes en la zona ganadera. Ya estamos cansados. Aquí mandan las mafias. Hacen con nosotros los que ellos quieren”, aseguró el productor agropecuario con impotencia.

Los maleantes

Los cuerpos de seguridad identifican a seis bandas delictivas, estiman que las conforman unos 250 delincuentes.  

Las organizaciones del “Cagón”, el “Cáscaras” y “Barrigón” radican en los sectores Monte Libre, El Tigre y El Muro. “Son un monstruo. Usan armas largas, cortas, pistolas automáticas y hasta granadas. Se matan entre ellos por el control de la zona”, dijo una fuente policial.

También identifican a la peligrosa banda de los Viatas, quien opera desde los sectores Carrillo y El Milagro. Está compuesta por unos 30 vándalos, la mayoría hombres de la misma familia. Su líder fue asesinado recientemente por una comisión mancomunada de la Policía.

“Otra que siembra terror en la zona es la banda del ‘Valenciano’. Operan en el sector El Milagro y la banda del ‘Memo’, conocida como el Renacer del Memo. Todas son dirigidas por ‘potentes líderes’ que residen en los estados Trujillo y Lara. Ellos los preparan, surten de armamento y costean sus gastos para la movilización y el ejecútese de los delitos en la localidad”, dijo el funcionario.

El botín

Los delincuentes sacan las matas de maíz y yuca y se las llevan. También las bombas hidroneumáticas, los químicos de fertilización y fumigación, las reses (una por una en cada finca), sistema de alumbrado, de riego y cercado, las maquinarias o partes de ellas. Las pérdidas son cuantiosas, incalculables, según las víctimas.

 

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