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encima de cualquier agenda y así lo ha hecho saber Leopoldo desde el primer día que lo encerraron en esa celda lúgubre de 2×2,5 metros
Resistiendo y firme en sus pensamientos y convicciones en la lucha por la mejor Venezuela, ha pasado mil días de injusta prisión, mi hermano Leopoldo López.
En una celda de dos metros de largo por 2,5 de ancho, ubicada en el tercer piso de la torre de aislamiento de la cárcel militar de Ramo Verde; lo tienen desde hace más de dos años.
Ese pequeño espacio, en el que solo hay una cama y una ventana, usado por el gobierno de Nicolás Maduro para quebrar y doblegar psicológica y espiritualmente a Leopoldo; paradójicamente se ha convertido en el sitio donde sueña, imagina y plasma lo que será la Mejor Venezuela que pronto empezaremos a construir.
De estos mil días de encarcelamiento que se cumplieron el pasado lunes 14 de noviembre; 548 ha permanecido aislado mi hermano Leopoldo López; tal como lo denunció su abogado Juan Carlos Gutiérrez; y que hoy replicamos en esta tribuna; sin embargo, allí sigue resistiendo, firme e inquebrantable porque la lucha por un país de progreso, oportunidades y futuro para todos, lo vale.
A lo largo de los mil días de injusta prisión producto de un “juicio amañado, viciado y politizado”, tal como confirmara el exfiscal acusador Franklin Nieves; la comunidad internacional ha pedido en reiteradas oportunidades la liberación de Leopoldo.
El expresidente de Uruguay, José Pepe Mujica, el mismo 14 de noviembre desde Madrid dijo textualmente “no me gustan los presos políticos en ninguna parte del mundo. Tengo solidaridad de preso con todos los presos políticos del mundo, cualquiera sea la causa”, en alusión y solidaridad con mi hermano Leopoldo López.
También lo hizo Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien dijo que “Los #1000dias de @leopoldolopez le duelen a todo un continente. Significan que el Hemisferio aún no está libre de persecución política”.
Recordó que “@leopoldolopez encarna el ejemplo de quien ha elegido no ocuparse solo de sí mismo sino anteponer la libertad de su país a la propia”.
Naciones Unidas, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, presidentes, primeros ministros, gobiernos, Parlamentos, líderes mundiales, premios Nobel y artistas de todo el mundo se cuentan entre quienes han alzado su voz para solicitar la libertad de Leopoldo.
Hoy, cuando desde la clandestinidad escribo estas líneas, no puedo sentir más que orgullo por mi hermano Leopoldo López; su firmeza en la lucha por Venezuela sigue siendo una llama viva de esperanza en el pueblo que pide un Cambio Ya; su firmeza en no anteponer intereses particulares en esta batalla por la salida constitucional de Nicolás Maduro y su Gobierno; son señales de que estamos del lado correcto de la historia.
El compromiso con Venezuela está por encima de cualquier agenda y así lo ha hecho saber Leopoldo desde el primer día que lo encerraron en esa celda lúgubre de 2×2,5 metros; por eso es necesario y urgente retomar la presión popular de calle pacífica para conquistar el Cambio.
No desfallezcamos y tampoco perdamos la fe y la esperanza; por encima de la voluntad de pueblo no hay nada, ni mucho menos nadie que la detenga.