El
A veces resulta muy cuesta arriba tratar de comprender a la oposición, sobre todo, tratar de no pensar mal, pero es que hay errores que resultan tan imperdonables como sospechosos.
El ficticio e innatural diálogo es uno de ellos, tres diálogos cortados con la misma tijera, con los que el Gobierno ha logrado librarse de profundas crisis apelando a la buena fe del pueblo. Primero Chávez por allá en el 2002-2004, Maduro en el 2014 y nuevamente Maduro en el 2016. Treta que le ha servido al chavismo para contener la embestida opositora cuando su debacle ha sido inminente, la gran pregunta es ¿El Gobierno daría treguas iguales cuando la oposición se encuentre abatida? Obviamente no… la oposición ya ha dado tres, por eso inferimos ¿no es sospechoso?
Mientras se “dialogó” el Gobierno palió momentáneamente la crisis, importando lo que pudo, permitiendo que privados trajeran con sus propias divisas productos importados para venderlos a precios de dólar paralelo, aumentó el salario mínimo y bono de alimentación, todas estas medidas se convirtieron en sal y agua, pues quienes importaron no podrán reponer sus dólares, no traerán más y los aumentos salariales al cabo de un mes la inflación se los devoró inmisericordemente.
Hábilmente Maduro involucró al Vaticano su poder político-espiritual mundial, de ese modo los pies bajo la mesa de las figuras opositoras tendrían una excusa, pretexto que nunca avalamos, pues solo los venezolanos sabemos lo que aquí vivimos y padecemos, nada ni nadie externo debe tener injerencia preponderante en nuestras decisiones… antes del diálogo el país ya había decidido ¡quería cambio!
Ahora lo abominable: Ante la predecible falta de cumplimiento de los puntos tratados por el Gobierno; el 6-D la MUD amenazó con retirarse, no lo hizo taxativamente, existe latente una propuesta vaticana del 13 de enero ¡qué barbaridad! pues lo único que deseaban los gobernantes rojos era llegar como sea al 10 de enero de 2017, pues a partir de esa fecha cualquier falta absoluta de Maduro será sustituida sin elecciones por otro presidente chavista.
Cuando el 9 de enero de 2017 a la medianoche el reloj cambie al 10, en el seno del Gobierno se destaparán botellas de champaña, lanzarán cohetes, pues se sabrán en el poder al menos hasta el 2019. Desecharán pantomimas de diálogos al comodín de la oposición, ya no habrá caretas para el mundo, pues podrán continuar mandando como capataces de finca ¡Que viva el diálogo! logró su cometido.