2019: Un año de cambio impostergable

 

El año 2019 exige tanto al Gobierno como a la oposición, un gran esfuerzo de unidad y de redefinición de liderazgos, que permitan, en conjunto con la Sociedad civil, las diversas iglesias, las Fuerzas Armadas y la Comunidad Internacional, encontrar una salida rápida a la crisis de Venezuela

En medio de un proceso creciente de ilegitimidad de origen y de desempeño de un régimen fracasado, Venezuela iniciará el año 2019. Vivimos una crisis política, económico-social y ética que lamentablemente, todavía no tiene una salida institucional o política clara. Iniciamos entonces un año cargado de incertidumbre, después  de 20 años de fracasos crecientes y continuos de la mal llamada “revolución” chavista. 

El año se iniciará, querámoslo o no, con la ilegítima, inconstitucional e ilegal toma de posesión del Presidente de la República en ejercicio, para un nuevo período. Su pretendida “reelección” fue producto de una elección celebrada en fecha inconstitucional e ilegal, el 20 de mayo de 2018, en medio de la mayor abstención electoral para una elección presidencial en nuestra historia democrática: el 75 por ciento aproximadamente. 

Ese fraude electoral grotesco fue desconocido por la oposición democrática en su conjunto, por la Sociedad Civil y por la Comunidad Internacional. En esa fecha, el pueblo venezolano, único depositario de la soberanía, desconoció a un régimen que ha contrariado los principios y garantías democráticas y que ha menoscabado como ningún otro los derechos humanos de los venezolanos. Ese día de mayo de 2018, los votos que no entraron en las urnas se convirtieron en el detonante de un cambio inmediato, que ahora todos debemos impulsar dentro de la Constitución y el Estado de derecho. 

Por todo ello, el año que se inicia debe ser el punto de inflexión de un cambio de rumbo, que nos permita recuperar cuanto antes el Estado democrático y social de derecho que hemos perdido, fundamentado en una legitimidad de origen y de ejercicio, que saque al país de la más grave crisis de su historia contemporánea. Ello requiere entonces de los venezolanos un gran esfuerzo de concertación, intercambio de ideas y acuerdos mínimos. 

En 2019 deberíamos ir, desde una transición negociada de Gobierno con gran pluralismo político, hasta la recuperación de la legitimidad de origen con un proceso electoral gestionado por nuevos árbitros electorales. El momento nos exige a todos un gran esfuerzo de responsabilidad, con los pies y la mente bien firmes sobre nuestra situación, para no alentar soluciones irreales o falsas expectativas, que pudieran aumentar nuestros padecimientos en lugar de resolverlos. 

El año 2019 exige tanto al Gobierno como a la oposición, un gran esfuerzo de unidad y de redefinición de liderazgos, que permitan, en conjunto con la sociedad civil, las diversas iglesias, las Fuerzas Armadas y la Comunidad Internacional, encontrar una salida rápida a la crisis de Venezuela, que ya está poniendo en peligro la estabilidad política, económica y social de América Latina en su conjunto. Por ello, el año 2019 debemos iniciar un cambio de rumbo impostergable, para recuperar los valores fundamentales de nuestro ordenamiento jurídico e institucional, perdidos en cuatro quinquenios de una fracasada “revolución” marxista-castrista, con el pomposo nombre de socialismo del siglo XXI.    

 

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