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Nuestra ilustre Universidad del Zulia (LUZ) siempre ha sido una ventana al conocimiento, miles de venezolanos que se han paseado por nuestras aulas han enaltecido su nombre y nos llenan de orgullo.
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Lamentablemente, iniciamos el 2020 con una situación apremiante, pues el 2,25 {5279b0ad8c7f700e4fa08841e1c964f35a7cee4290170fe9e085beadbd535c44} del presupuesto aprobado para este año ahora es igual al 0,5 {5279b0ad8c7f700e4fa08841e1c964f35a7cee4290170fe9e085beadbd535c44}, debido a los altos índices inflacionarios del país, con esto serán muchos los proyectos suspendidos por falta de recursos.
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Lo asignado solo está destinado al pago del personal docente, administrativo y obrero. No hay presupuesto para el funcionamiento de la institución y sabemos las carencias que tiene nuestra Alma Máter.
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Los salarios de nuestros trabajadores universitarios son insuficientes, cuando actualmente la canasta alimentaria ronda los 10 millones de bolívares soberanos, según el Cendas. Nuestros jóvenes también se ven afectados, los servicios estudiantiles, como becas ya resultan irrisorias para ellos y los platos de comida en los comedores que se les paga a las contratistas no han sufrido aumento alguno, no representa un valor real del servicio alimenticio. Seguimos tambaleando, naufragando en aguas turbulentas.
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Como rectora encargada, mi compromiso es fiel a seguir luchando por cada estudiante, docente, empleado y obrero que cree en LUZ, porque mientras alguien siga creyendo en los ideales de Lossada y Ochoa, no descansaré para ver el sol después de las nubes.
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Aunque este inicio de actividades ha sido un poco turbulento, logramos con aplomo dejar claro que todo bajo las leyes puede llevarse a cabo sin ningún contratiempo.
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LUZ es y será siempre referencia, y no todo lo que dentro de nuestras instalaciones sucede es negativo, aún hay miles de estudiantes que se preparan, otros están cerca de obtener sus títulos universitarios, por ello sus expedientes son revisados para egresar: Abogados, médicos, docentes, ingenieros, comunicadores sociales, enfermeros, administradores, contadores públicos, y otros profesionales más.
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Aunque nos sentimos atados de manos por no contar con el presupuesto estipulado, no daremos nuestro brazo a torcer y seguiremos en pie de lucha.
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LUZ es el amor de mis amores y la defenderé con uñas y dientes y como una vez dijo nuestro libertador, Simón Bolívar: “No daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma”, hasta ver los sueños de una universidad libre, sin ataduras, por falta de recursos, porque nuestra sociedad nos merece libres.
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Mi fe está intacta y siempre será así, porque hoy aunque los vientos golpeen nuestra barca, seguimos sembrando buena semilla para ver germinar la hermosa flor que no se atañe, ni deja vencer por más fuerte que sea la ventisca.
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Bienvenidos a este nuevo año 2020, Dios nos bendiga y nos acompañe.
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¡Sigamos adelante y defendamos nuestra universidad como el hijo pródigo!