23 de enero, el fantasma de la democracia 

Los que están dentro la MUD, los que no están, y los que aparentan no estar (porque les da vergüenza), deben reconocer la realidad

El 23 de enero, nos recuerda el fantasma de una democracia vigorosa que tuvimos, con muchos defectos ciertamente; conquistada no por ese solo evento, sino por una secuencia de luchas iniciadas el 18 de octubre de 1945, inspirada en las ideas de la generación del 28. Una democracia donde las elecciones se adelantaban; en la que presidentes, alcaldes y ministros se judicializaban por hechos de corrupción; donde el Parlamento tenía tal autonomía que podía destituir al presidente; lo que el propio sistema le impedía a la mano armada. Hoy el Gobierno, recuerda solamente a Fabricio Ojeda, y se le lleva al Panteón Nacional, muy merecido por cierto, pero se olvidan de adecos, uerredistas, estudiantes, independientes, civiles y militares que se martirizaron en el exilio, la clandestinidad y en las cárceles y campos de concentración como Guasina.

De ese fantasma de la democracia puntofijista (así, sin modosidades), los venezolanos clamamos su resurrección; no para imitarla sino para perfeccionarla. Donde no haya que protestar para que se convoque una elección de mandatos vencidos, como es el caso de los gobernadores, hoy en ilegalidad por la arbitraria suspensión de las elecciones por el CNE; donde ése organismo comicial no se encierre en un fuerte militar y sea obstáculo para la realización de elecciones; que sea más bien un árbitro confiable para que dirimamos con votos, nuestras diferencias.

El 23 de enero, nos recuerda el triunfo no de una facción, sino de un país entero, porque incluso las Fuerzas Armadas, que hasta el 1 de enero de 1958 se creían unánimemente con Pérez Jiménez, se unieron a ese proceso de manumisión. Se trata de la unidad de los distintos, eso nos tiene que llamar a la reflexión para unirnos aún más y abrir la participación de quienes creyeron de buena fe en el modelo que fracasó. Por ello, los que están dentro la MUD, los que no están, y los que aparentan no estar (porque les da vergüenza), deben reconocer la realidad. Así como dejen de sobreestimarse creyendo que ya el Gobierno ha caído y que ningún otro factor hace falta, apartándose entre sí, y jugando en posiciones adelantadas.

El fujimorazo a la AN, la aniquilación del referendo revocatorio constitucional, son a Maduro, lo que fue el plebiscito a Pérez Jiménez. Las condiciones políticas que dieron origen al cambio popular se encuentran intactas 59 años después, pero, sin unidad verdadera, más allá incluso de los opositores, no habrá cambio posible

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