Conscientes de su minusvalía en apoyo popular, quieren hacerse de un poder superior omnímodo, para arrasar y controlar todo a espaldas del pueblo
Los últimos 60 días han sido duros pero esperanzadores. En medio de la más profunda crisis y ante el riesgo de la instauración de una dictadura al peor estilo castrocomunista, los venezolanos rechazamos la intención totalitaria de quienes han decidido acabar con la República con el único objetivo de mantenerse en el poder.
Los jóvenes han decidido postergar sus asuntos personales para luchar por el país. Centenares de miles de personas hemos salido a las calles, casi a diario, ejerciendo nuestro derecho a la protesta pacífica, conscientes de los riesgos que corremos. Todo el mundo sabe que esta dictadura ha optado por la represión. Podemos contabilizar decenas de muertos; miles de heridos, presos, procesados con libertad condicional; centenares de civiles juzgados en tribunales militares; miles de víctimas de robo a mano armada por parte de militares y policías.
Mientras tanto, quienes ostentan el poder, débiles, huyen hacia adelante. Después de 30 días de intensa lucha popular en la calle, anunciaron una Asamblea Constituyente para cuya convocatoria, y selección de integrantes y aprobación, han decidido no contar con el pueblo. Conscientes de su minusvalía en apoyo popular, quieren hacerse de un poder superior omnímodo, para arrasar y controlar todo a espaldas del pueblo.
En la Unidad hemos sido claros y enfáticos al negarnos a participar. Tenemos que hacer todo lo humanamente posible, para impedir que se elija e instale una Constituyente espuria. Así que motivaremos a los ciudadanos a asistir pacíficamente y sin armas a obstruir los actos ilegítimos e inconstitucionales con los que intentan acabar con el concepto de república que conocemos desde 1830.
Hace algún tiempo, cuando nos decían que estábamos en dictadura, que la lucha era "ahora o nunca", nosotros pedíamos paciencia a la gente y les decíamos que no podíamos hablar de dictadura, cuando estábamos por participar en unas parlamentarias. Después de esas elecciones y luego de ver que ilegítimamente han querido impedir que la AN ejerza sus competencias y de que además impidieran el referendo revocatorio y las regionales, podemos afirmar con toda convicción que estamos en dictadura y que esta lucha es ahora o nunca.
Así que, debemos intensificar la calle pacíficamente, redimensionar la lucha, ejercer cada vez más presión a fin de que surja una solución constitucional y electoral. Defenderemos la democracia hasta con nuestra vida. No descansaremos hasta lograr que el país sea una república libre y soberana.