Hasta la educación se ha visto afectada por el mal olor que reina en la zona. De no solucionarse la situación, los vecinos tomarán medidas de protesta como: quemar cauchos y cerrar la avenida
Desde hace tres meses se registra un desbordamiento de aguas negras en la calle 11 con avenidas 15 y 16, sector Sierra Maestra. La iglesia Guadalupe, tres colegios, dos restaurantes y las casas aledañas se ven gravemente afectadas por la contaminación y el olor que se impregna en cada rincón.
Vecinos afirman que han enviado cartas al consejo comunal, no obstante, a pesar de que trabajen por resolver otros asuntos, este pasa inadvertido. María Cardozo, quien habita en la zona, asegura que el problema se ha vuelto "insoportable": "¿Hasta cuándo los proyectos? Esto es antihigiénico, sufrimos que si bacterias, diarreas, vómitos, neumonías. Queremos respirar limpio y estar tranquilos".
Riesgo para estudiantes
Eliana Fuenmayor, subdirectora del colegio Marie Poussepin, afirma que a causa del bote de aguas negras, cerraron un portón y ahora las alumnas deben salir por una vía principal, lo que representa un riesgo para las estudiantes. El olor penetra en algunos salones de primaria y en la cancha, donde las estudiantes hacen educación física y desayunan a la hora del recreo.
María Cardozo explica que como no había recibido respuesta del consejo comunal, se dirigió al alcalde Omar Prieto vía Facebook para solicitarle una solución. Sin embargo, las fotos y las declaraciones publicadas fueron eliminadas.
De no solucionarse el problema en los próximos días, los vecinos tienen planeado protestar de otras maneras: “No queremos llegar a ese extremo, pero si hay que quemar cauchos, los quemaremos y cerraremos la avenida porque o solucionan o solucionan”.
Exigen solución
“Eso llega hasta la mitad de la carretera y recorre todo esto. A veces se seca un poquito, pero hay momentos en los que traspasa la acera y se queda ahí estancada el agua”. Mireya de Villalobos, vecina de la zona.
“Hace dos semanas salí de un vómito, una diarrea y ahorita tengo tos. El olor en mi casa no se aguanta y se queda en la ropa. Además, las viejitas no podemos pasar por ahí porque nos caemos”. Isabel Silva, vecina de la zona.