Notículas de Español

En los momentos iniciales del castellano se dijo sene y sen , hasta que adoptó la forma actual. Es una de las voces fundacionales, pues se documenta su existencia desde el siglo XII

Como dijimos en  Notícula anterior, los pronombres personales tienen tres formas en cada número. En singular son: Yo, tú (usted), él, ella, ello; en plural: Nosotros, nosotras, vosotros, vosotras (ustedes), ellos, ellas, y cada uno tiene sus variaciones formales, como en la declinación latina, de acuerdo con su oficio en  la oración, que son las llamadas variantes  pronominales. De yo: me (siempre sin preposición), mí (siempre con preposición), conmigo (con preposición incorporada); de tú: te (siempre sin preposición), ti (siempre con preposición) y contigo;  de él (ella, ello): le, lo, se (Siempre sin preposición), sí (siempre con preposición) y consigo; de nosotros: nos; de vosotros, ustedes: os, y de ellos, ellas: los, las, les, se (siempre sin preposición), sí (siempre con preposición) y  consigo.

Para revisar este rico material, con fines estrictamente didácticos, ténganse presente que, escolarmente, al sujeto (caso nominativo) lo identificamos con las preguntas ¿quién o quiénes?: Yo traje la pluma, Tu viniste hoy, Él es mi amigo; al complemento directo (caso acusativo), con la pregunta ¿qué es lo? más el participio del verbo transitivo: Me llamó el médico, Los vimos en  la playa; y al complemento circunstancial (caso ablativo), con las preguntas: ¿cómo, cuándo, dónde, cuánto, por qué, etc).

Esta introducción, hecha en obsequio de los lectores, fue con el propósito de que sirviera de recordatorio a quienes, ocupados en otros importantes asuntos, han olvidado los elementales estudios gramaticales y para tocar algunos errores y confusiones que con ellos se cometen, como haremos en la próxima Notícula.

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Sin es una de las 14 preposiciones  que integran el arsenal español. Es una herencia del latín, donde se decía sine, ‘carencia o falta de alguna cosa’, significación fundamental que  perdura en nuestro idioma:  Estar sin dinero, Hallarse sin amparo. En los momentos iniciales del castellano se dijo sene y sen , hasta que adoptó la forma actual. Es una de las voces fundacionales, pues se documenta su existencia desde el siglo XII. Aunque es regla bien establecida que en español dos negaciones no afirman, sin tiene la peculiaridad de que al juntarse con la negación no, significa con, que equivale a una afirmación: Siguió con la mirada, no sin interés, a la bella muchacha que caminaba por la avenida, esto es, la siguió con interés. Seguiremos revisando esta preposición.