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La izquierdista Central Obrera Boliviana (COB), la mayor unión de sindicatos del país, retomaba este jueves sus protestas callejeras por dos días en contra de varias leyes del gobierno de Evo Morales y marcaba distancia de una alianza política que ha sido clave durante años.
La COB convocó un paro laboral de 48 horas, aunque la medida era acatada principalmente por maestros estatales, universidades públicas, trabajadores del sector de la salud y algunas fábricas textiles. Es la segunda protesta de la semana, tras un esmirriado paro de 24 horas el lunes.
La policía utilizó gas lacrimógeno para dispersar un corte en una nutrida autopista que une las ciudades de La Paz y El Alto, tras la instrucción del Gobierno de impedir cualquier medida que interrumpa el tránsito de pasajeros.
«Hemos sido gaseados para dispersar el bloqueo, hay un fuerte contingente policial», afirmó en medio de una nube de gas la veterana dirigente del sindicato de maestros de La Paz Wilma Plata, según imágenes de TV.