Muchos de los docentes trabajan también como manicuristas, pedicuristas, hacen delivery, limpian casas, dan clases particulares y venden chucherías, dulces, comidas para cubrir los gastos del hogar
Tras los elevados costos de los alimentos, de bienes y servicios y los gastos de la educación de sus hijos, entre otros, los maestros se las ingenian con “rebusques” para sobrevirir ante el bajo salario.
Muchos de ellos realizan trabajos extras como el de manicuristas, pedicuristas, trabajar como delivery, limpiar casas y dar clases particulares, mientras que otros venden chuchería, dulces, comidas o cualquier tipo de papelería para obtener un dinero adicional que les permita cubrir con los gastos necesarios del hogar.
La mayoría de los consultados por el Diario La Verdad resaltó que actualmente ejerce la docencia “por vocación, porque nos gusta recibir cada niño con alegría, con sus ocurrencias, sus caídas y aciertos, instruirlos por el buen camino, nos gusta y nos hace sentir bien educarlos”.
La marabina, Janise Arrieta Ríos, con 18 años de servicio, quien imparte clases en el Centro de Educación Inicial Nacional Teresa de la Parra, en la parroquia Cecilio Acosta, en Maracaibo, contó que gana 6 dólares mensuales y ha tenido que acudir a otras instancias para poder sustentar su vivienda.
Expresó que en su tiempo de descanso da clases particulares y cobra por cada niño 5 dólares semanales, llegando a la cuota mensual de 140 dólares. “No queda de otra, en mi casa hay tres miembros y debo de una forma u otra mantenerlos, vestirlos, darle de comer, cada uno genera en su crecimiento un gasto particular”, señala.
Para la caraqueña Arelys Rodríguez, docente de una escuela pública en La Pastora y en la tarde en un colegio privado, comentó que ofrece servicio de delivery, limpia casas, da tareas dirigidas y como deportista participa en competencias para generar un dinero extra.
“Yo soy maratonista y por las carreras puedo ganar 200 dólares al mes, aproximadamente. En los delivery puedo sumar hasta 20 dólares, en tiempos de pandemia ganaba más. En las tareas dirigidas no mucho. Hay padres que no pagan”, indicó Rodríguez.
Pedicure, manicure, chucherías y papelería
Asimismo, dos educadoras de una escuela pública del sector La Pomona, en la capital zuliana, contaron que en la tarde realizan pedicure y manicure, en las que obtiene más de 200 dólares mensuales.
“Cada una de nosotras tiene cuatro miembros que alimentar, nuestros hijos aún son pequeños, y merecen que tengan sus juegos, ropas, sus tres platos de comida, damos clase en la mañana, porque nos llena como persona, pero estamos claros que un salario de 6 dólares no cubre con los gastos”, señalaron las dos profesoras de la educación.
Por otro lado, la maestra jubilada Marisol Colina, quien dio clase en la Escuela Básica Estadal Presbítero Joaquín Piña, en la parroquia Bolívar, también en Maracaibo, agregó que siempre los docentes fueron mal pagados y sobrevivían vendiendo chucherías, dulces, ponquesitos, tortas o cualquier tipo de papelería que se necesitara.
Mencionó que en su época para llevar a sus hijos a la universidad tuvo que vender cualquier tipo de dulces, “y hoy son arquitectos y violinistas, gracias a esas ventas que se hacen en secreto ellos son lo que son y me ayudan en mi hogar”.
Colina señaló que actualmente mantiene la vocación en su hogar y da clase de lectura, escritura, matemática, “y por cada niño cobro 5 dólares semanales”. Admitió que antiguamente los profesores cubrían dos tandas de las cuales podían solucionar, “pero hoy en día es imposible seguir a ese ritmo”.
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