Tras el inicio oficial de la campaña electoral, muchos de los que hoy se presentan ante el país como candidatos presidenciales marcaron un hito dentro de su recorrido hacia el 28 de julio. Sin embargo, una de las campañas que ha causado más controversia es la de Nicolás Maduro, en la que, según analistas, protagoniza el “ventajismo, las promesas vacías y el abuso de poder”.
El Diario La Verdad consultó a algunos expertos para conocer su análisis sobre las estrategias que el líder oficialista toma con la intención de no ceder su puesto en Miraflores. Uno de ellos es el político Enrique Ochoa, quien infiere que Maduro explota su principal ventaja, y es el modelo que llama “partido-Estado”, con el que usa a las instituciones del Estado para sus fines políticos.
“Ellos están convencidos de que el partido es la revolución, que la revolución es el pueblo, que el pueblo es la patria y, por lo tanto, ellos son la patria, y como son la patria son lo mismo que el Estado. Esta es una confusión muy perniciosa que los lleva a cometer permanentemente peculados”, explicó.
Para el exdiputado, el candidato que busca su segunda reelección tiene una gran posibilidad de ganar por razones “logísticas”, pero no por votos. Otro aspecto que resalta es el discurso del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) con el que, después de 25 años “usando el poder con pocos escrúpulos democráticos”, han logrado “ideologizar a un 15 % de la población”.
Dentro de ese discurso, el diputado Jorge Rodríguez, coordinador central del comando de campaña de Maduro, levantó una consigna de “reubicación nacional” y de “reencuentro”, la cual duda si en realidad se trata de una “internalización sincera” o solo sea una “práctica electoral”.
Por otro lado, para el abogado Alí Daniels, codirector de la Asociación Civil Acceso a la Justicia, esta campaña electoral está marcada por “el ventajismo, el uso de bienes públicos con fines propagandísticos, la falta de instituciones” y, sobre todo, un discurso “cuyas promesas son vacías”.
Lo primero que resalta el defensor de los derechos humanos es que el foco actual de Maduro está en una política de Estado basada en la represión contra personas que se identifican como militantes o seguidores de Edmundo González Urrutia, candidato presidencial por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), y María Corina Machado, ganadora de la elección primaria del pasado octubre.
A su juicio, un elemento que ha caracterizado esta campaña electoral es la violación al respeto y a los derechos humanos, además de una serie de “detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas”, acciones por parte del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) y de autoridades que “atacan y persiguen” a simpatizantes opositores.
Abuso de poder
Enrique Ochoa, quien también es miembro fundador del Movimiento al Socialismo (MAS), señala que el líder oficialista busca intimidar a la votación opositora con las “persecuciones” y las “detenciones arbitrarias”. Con esto, Maduro intenta mostrar que “él es quien tiene el poder”.
“Yo creo que, efectivamente, abusa del poder y con ese abuso de poder pretende consolidarse con el 30 % que tiene, disminuir el porcentaje que pueda tener Edmundo que está en poco más de 40 % (para) aumentar la votación suya y tratar de ganar”.
El político ejemplificó que, en una ocasión, un vehículo de la oposición llegó a una estación de servicio para surtir gasolina, pero les dijeron que solo podían surtir vehículos del Psuv. A su criterio, cuando estas situaciones ocurren, la ventaja logística que “puede hacer ganar a Maduro” se convierte en “un hecho político”.
Pese a que Ochoa opina que estas medidas pueden hacer ganar votos a Maduro, Daniels considera que, con esto, el Gobierno lo que busca es “frenar las aglomeraciones de la oposición”, pero que no afectaría tanto en las urnas electorales.
“No es un tema para que la gente no apoye a un candidato determinado, son acciones para minimizar el efecto de las concentraciones opositoras para decir que la oposición son pocas personas y para hacer ver que el control sobre el proceso electoral lo tiene el Gobierno”, verbalizó.
Remarcó que otro de los mecanismos de la Administración de Nicolás Maduro fue hacer que “más de 3 millones de venezolanos que están en el extranjero no voten”. También el incorporar candidatos “de supuesta oposición” que pueden buscar restarle votos al abanderado por la PUD.
Imposición de un “gallo fino”
En repetidas ocasiones, el oficialista se autodenomina como “el gallo fino” en medio de “patarucos”, una comparación que es interesante entre los expertos, y que, afirman, tiene un fin muy claro: transmitir que Maduro es dueño del poder.
“Él trata, usando el poder, de decir ‘yo soy el bravo de esta pelea, a mí no me han derrotado, yo voy a ganar, yo he ganado elecciones nacionales, he ganado elecciones regionales, no me han podido derrotar, han sacado guarimbas y no me tumbaron, 50 países me desconocieron y no me tumbaron, Trump y Estados Unidos quisieron tumbarme y no me sacaron’”, infirió Ochoa.
En concordancia, Daniels opina que Maduro busca desalentar a los venezolanos y crear el pensamiento de que “si el Gobierno hace todo esto. ¿Por qué no va a hacer trampa? Entonces mejor no voto”.
La abstención como estrategia
Los analistas concluyen que el ventajismo, el abuso de poder, las persecuciones y las detenciones “arbitrarias” son parte de una estrategia mucho más grande, y es lograr la abstención.
El representante de Acceso a la Justicia observa que el Gobierno busca “desalentar” a los venezolanos para que crean que “no tiene sentido ir a votar”.
“Lo que busca el Gobierno es fomentar su mayor aliado ¿Cuál ha sido su mayor aliado durante todos estos años? La abstención”.
El abogado precisa que todas las estrategias antes mencionadas se engloban dentro de una política de “hacer ver que estamos ante un Estado que todo lo puede y que controla a todas las instituciones públicas”.
Pese a esto, considera “imposible” que en estas elecciones haya fraude electoral, porque “el voto está controlado por los testigos de mesa y por la propia gente que va a votar”, pero “por eso es tan importante para el Gobierno desalentar”.
En sintonía, Ochoa concluye que, si la abstención llega a ser más del 20 o 25 %, que suele ser lo mínimo, “la posibilidad de ganarle a Maduro es muy grande”.
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