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Moribundo y con dolor en su cuerpo llegó Rafael Antonio Querales Fernández (67) a su casa, a unos metros del centro comercial Los Compadritos de Pomona. Unos huelepega lo interceptaron, lo golpearon y lo robaron.
El anciano cumplió su guardia como vigilante en el estacionamiento del Terminal de Pasajeros de Maracaibo. Sus homicidas lo atacaron a las 9.30 de la noche del pasado jueves en la avenida Haticos por Abajo, a la altura del Banco de Venezuela. Le quitaron el dinero y la cédula de identidad, informó la Policía.
Un conductor de la línea Haticos lo auxilió y lo llevó hasta su vivienda. El chofer le comentó a los familiares que el anciano estaba todo ensangrentado y no podía moverse. En su trayecto a su casa, solo le repetía: «Me robaron los huelepega».
Querales pasó la noche en su residencia. Johanny Querales, sobrina de Rafael, comentó en la morgue forense que al verlo tan mal lo atendió. Pensó que los golpes no eran graves y por eso no lo llevó al médico.
Al amanecer del pasado viernes, la víctima no soportaba el dolor y lo trasladaron hasta el CDI El Pinar. Los médicos le informaron a los Querales que tenía fractura en dos costillas y una contusión en la cabeza. A las 6.00 de la tarde, falleció tras sufrir un infarto.
Una comisión de la Policía científica se dirigió hasta el CDI para iniciar las investigaciones. Aún desconocen cuántos participaron en el asalto.
Los Querales recordaron que no era la primera vez que lo robaban. En algunas ocasiones regresaba a su casa sin el dinero de su jornada de trabajo.
Denuncia
Quienes transitan por los alrededores del Terminal de Maracaibo son víctimas constantes de robos y golpizas. Los delincuentes los mantienen en zozobra. Aprovechan que hay poco alumbrado para someter a sus víctimas y despojarlos de sus pertenencias, denunció un familiar.
Carita con foto
Rafael Querales (67). Trabajó como vigilante del Terminal de Pasajeros unos 10 años. Vivía junto a su sobrina y una de sus hermanas. No tuvo hijos. Era el mayor de cuatro hermanos.