Tom Homan, el zar de la frontera de Donald Trump, aseguró que “los vuelos de deportación” a Venezuela probablemente “despegarían pronto” y que podría ser “dentro de los próximos 30 días”.
“Esto sucederá dentro de los próximos 30 días, y no puedo decirles cuántos; todavía estamos trabajando en todos esos detalles”, enfatizó en una entrevista concedida al New York Times.
Para Homan existe una gran esperanza “en la cadencia regular de vuelos de deportación”.
“Es enorme. Es algo grandioso que el presidente Trump haya conseguido. No creo que vaya a conseguir nada menos”, ratificó.
Cientos de miles de venezolanos viven en EE. UU., muchos de ellos con protecciones de corto plazo que Trump revocó recientemente, lo que los hace vulnerables a la deportación en los próximos meses.
Ocho millones de venezolanos en el exterior
Bajo el liderazgo de Nicolás Maduro, el país experimentó crisis económica y humanitaria, lo que provocó que aproximadamente ocho millones de personas huyan en la última década.
Inicialmente, la mayoría se dirigió a otros países de América Latina. Pero desde la pandemia, muchos se han ido a EE. UU., a menudo recorriendo miles de kilómetros a pie y en autobús para llegar a la frontera sur.
Al final de su primer mandato, Trump protegió a los venezolanos vulnerables de la deportación, diciendo que era demasiado peligroso para muchos de ellos regresar.
Desde entonces, el gobierno de Nicolás Maduro argumentó que las condiciones han mejorado, allanando el camino para que la gente “pueda regresar a casa”.
“No hay ninguna base fáctica para decir que Venezuela está en mejor situación”, aseguró Tamara Taraciuk Broner, experta en Venezuela del Diálogo Interamericano en Washington. “Esta es una decisión política”.
Juan González, quien se desempeñó como principal asesor del presidente Biden para América Latina, explicó en una entrevista que durante años, la política estadounidense hacia Venezuela se vio paralizada por los partidarios de la línea dura en Florida que critican cualquier tipo de diálogo con Maduro, afirmando que el aislamiento era la ruta para restaurar la democracia venezolana.
González aseguró que pensaba que Richard Grenell, en su papel de enlace con Venezuela, podría estar optando por un enfoque más realista, centrado en lograr los objetivos de seguridad nacional de EE. UU.
Esos posibles objetivos podrían incluir que Maduro “acepte a los deportados, pero también podría incluir otras prioridades estadounidenses, como alejar a Venezuela de China”.
“No estoy de acuerdo con Richard Grenell en muchas cosas”, afirmó. “Pero estoy apoyándolo. En la competencia Rubio-Grenell, creo que él es realmente la mejor opción”.
Marco Rubio y su postura pro-oposición
Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, abogó durante mucho tiempo por una línea más dura contra Maduro y, en 2022, incluso dijo que deportar a los venezolanos a su país sería una “sentencia de muerte muy real”.
Cualquier acción de EE. UU. considerada beneficiosa para Venezuela también podría poner a Trump y a Grenell, en desacuerdo con el secretario de Estado, Marco Rubio.
Es probable que estas medidas enfaden a la oposición venezolana, encabezada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, el hombre que, según se cree, “ganó las elecciones presidenciales de julio”.
Machado sostiene que Maduro es débil y que los líderes mundiales deberían continuar con una política de aislamiento para expulsarlo.
Fuente: New York Times
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