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Desde el 16 de febrero, los vecinos de la urbanización Altamira viven “una pesadilla”. Alrededor de 60 personas se apostaron en sus áreas verdes, talaron sus árboles y afirmaron que construirían sus viviendas en las tierras pertenecientes a los copropietarios. Por esta razón, los vecinos protestaron en la fachada del complejo.
80 por ciento de los 348 propietarios del conjunto residencial manifestaron su rechazo a la construcción de las casas a través de un documento con sus firmas. En abril hicieron una mesa de trabajo con funcionarios de la Gobernación del Zulia, pero no han dado resultado.
Así lo afirma Elizabeth Morales, una habitante de la urbanización. “Ellos están día y noche aquí. Hacen sus necesidades en las matas y Elvis Vílchez, intendente de la parroquia Raúl Leoni los apoya y no escucha el llamado a la cordura”. Morales señala que a pesar de que han introducido la denuncia ante la fiscalía y la Gobernación con distintos soportes, los ocupantes oficialistas no se retiran.
Rechazan que cuando se producen enfrentamientos entre los vecinos y los invasores, los últimos se escudan cargando a sus niños. “Hacemos un llamado al concejo municipal de derecho, porque este es un espacio de conflicto y todos los niños se ven afectados”, asegura Yuleida Trejo, propietaria.