Marabinos optan por rifas como alternativa para generar ingresos extra

Joselyn, Yamilet Urdaneta y Kendry son tres marabinos que están usando las rifas para mantenerse económicamente pese a la situación del país
Foto: Agencias

En medio de una profunda crisis económica que azota al país, los marabinos han encontrado en la inventiva y la esperanza una forma de paliar la escasez. Negocios informales florecen en las calles de la capital del Zulia, desde la venta de dulces y ropa hasta la oferta de manualidades.

Sin embargo, una tendencia particular ganó terreno en los barrios y estratos sociales: las rifas en dólares.

Para muchos, como Joselyn, una estudiante de medicina de 25 años cuyo nombre fue cambiado, dicha modalidad se convirtió en un inesperado sustento.

Tras el cierre de su emprendimiento de pastelitos, después de las elecciones presidenciales, junto a su esposo Ever, quien se vio obligado a emigrar a Chile en busca de mejores oportunidades, la joven encontró un golpe de suerte al ganar 1.000 dólares en una rifa.

“Tenía meses comprándole rifa a una muchacha del barrio, tenía la certeza de que un día la suerte me llegaría y así fue”, relata con entusiasmo para el medio digital Crónica Uno este viernes 25 de abril.

A pesar de las dificultades para recibir el pago completo de su premio debido a la inestabilidad del dólar, ya que, solo obtuvo 710 de los 1.000 dólares por las variaciones en la tasa oficial y paralela, la joven invirtió lo que recibió en una moto y vislumbró una nueva oportunidad.

Inspirada por la creciente popularidad de las rifas en su comunidad, Joselyn decidió organizar su propio sorteo y ofreció 1.000 dólares o una moto como premio mayor.

La iniciativa resultó exitosa, puesto que le permitió obtener una ganancia de 320 dólares que compartió con su hermana y su padre, quienes la apoyan en la venta de los boletos.

“Es rentable y legal, con ese dinero compré comida suficiente y comencé a comprar algunas cosas para la casa, para ayudar a mi esposo que sigue en Chile”, explica.

Aunque no existen cifras oficiales, se estima que solo en la parroquia donde reside Joselyn, un barrio en el oeste de Maracaibo, hay alrededor de 60 personas dedicadas a la organización de rifas, que ofrecen desde dólares en efectivo hasta electrodomésticos y vehículos.

Los precios de los boletos varían y se adaptan a los diferentes bolsillos, desde los 10 hasta los 50 dólares.

Yamilet Urdaneta, una exmaestra que ahora se dedica al cuidado de uñas, se considera una afortunada jugadora de rifas. En lo que va de año, ganó aproximadamente 3.000 dólares entre premios en efectivo y en objetos para el hogar. La mujer invirtió apenas 35 dólares en boletos.

“El sueldo de un maestro no alcanza, así que todas las semanas pruebo la suerte. He perdido, pero el margen de ganancia siempre es mayor, ahorita hay que rebuscarse duro”, afirma con determinación.

Kendry, un exrecolector de basura que ahora trabaja como delivery, también experimentó la suerte al ganar una moto en una rifa.

“Antes yo trabajaba en la Alcaldía recogiendo basura, ahora soy delivery y gano más, al menos mis hijos no pasan hambre. El tique me costó 5 dólares y se lo compré a una vecina, mal no me fue, y cada vez que puedo juego”, cuenta con orgullo.

Si bien muchas rifas tienen un fin solidario, pues, destinan fondos a personas con problemas de salud, los sorteos con premios en dólares son los que mayor atractivo generan en una población que busca alternativas para hacer frente a la crisis económica.

La competencia en este mercado informal va en aumento, pero para muchos marabinos, las rifas representan una oportunidad con un riesgo relativamente bajo para obtener ingresos extras y mantener la esperanza en un futuro mejor.

Fuente: Crónica Uno

 

 

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