Cada 11 de noviembre se celebra el Día de Luis Aparicio, único venezolano en Cooperstown

“Little Louie” es tan emblemático en el Zulia que hay un barrio del municipio San Francisco que lleva su nombre como homenaje permanente

Foto: Agencias

Maracaibo despierta cada 11 de noviembre con el orgullo de celebrar a su inmortal del béisbol: Luis Ernesto Aparicio Montiel, único venezolano exaltado a Cooperstown, es decir, el Salón de la Fama de las Grandes Ligas.

La fecha recuerda el mítico dorsal número 11 que lo acompañó durante gran parte de su carrera y que hoy simboliza el Día de Luis Aparicio, decretado en el Zulia en 2011.

Luis Aparicio nació el 29 de abril de 1934 en la parroquia Santa Lucía de Maracaibo, en medio de gaitas, cuatros, furros y tradiciones, aunque su verdadera pasión fue el deporte.

En sus inicios se desempeñó como arquero en un club de fútbol, pero pronto se inclinó por el béisbol, siguiendo los pasos de su padre, Luis Aparicio Ortega “El Grande de Maracaibo”, quien también fue pelotero profesional.

Su debut en la pelota venezolana ocurrió en 1953 con los Gavilanes BBC de Maracaibo, equipo de la desaparecida Liga Occidental.

Posteriormente, defendió los colores de los Tiburones de La Guaira y de las Águilas del Zulia en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP). Allí consolidó su “regionalismo zuliano” y dejó huella en el béisbol nacional.

En las Grandes Ligas debutó en 1956 con los Medias Blancas de Chicago, donde fue uno de los mejores campocortos defensivos de la época.

Durante 18 temporadas, entre 1956 y 1973, vistió los uniformes de las Medias Blancas, los Orioles de Baltimore y las Medias Rojas de Boston, dejando una trayectoria marcada por disciplina y excelencia.

“Little Louie”, como le apodaban en Chicago por su estatura, fue campeón de la Serie Mundial en 1966 con los Orioles, novato del año en 1956, 9 veces ganador del Guante de Oro, 13 veces seleccionado al Juego de las Estrellas y líder en bases robadas durante 9 temporadas consecutivas.

Sus estadísticas de por vida reflejan su impacto: 2.677 hits, 791 carreras impulsadas, 1.335 anotadas, 83 jonrones y un promedio de .262 en 10.230 turnos al bate.

En 1984, esas cifras se tradujeron en un hecho histórico: su exaltación al Salón de la Fama de Cooperstown, convirtiéndose en el único venezolano en alcanzar esa distinción.

Además de la celebración anual en su honor, un barrio del municipio San Francisco lleva su nombre como homenaje permanente.

Hoy, con 91 años, Luis Aparicio sigue siendo un símbolo de orgullo para Maracaibo y para Venezuela, recordado como el pionero que abrió las puertas del béisbol estadounidense a generaciones de peloteros criollos.

 

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